Sorbas

Decenas de fieles procesionan sin burro a San Gonzalo de Amaranto en Cariatiz

  • Hace seis años que se recuperó la tradición de procesionar al santo que curaba a las bestias · La romería se celebra en el Valle de Cariatiz y se reparten buñuelos y roscos mientras se baila con trajes tradicionales

Cuentan los del lugar que San Gonzalo de Amaranto hacía milagros con las bestias, que las curaba de sus enfermedades. De ahí que al Santo, cuando una burra se ponía mala, se le velaba durante 9 días y se le brindaba un baile para que la burra se pusiera buena; si la burra se recuperaba, en el cortijo donde habían brindado el baile se hacía la fiesta y se reunía la gente de las cortijadas. Llamaban a alguien que tocaba el acordeón o la guitarra y se le ofrecía el baile al Santo, por eso el San Gonzalo  iba pasando de cortijo en cortijo. 

 

En 'El Mayordomo', barriada sorbeña en la rambla de Góchar donde se guarda a San Gonzalo de Amaranto, tienen su casa, llamada 'El Algarrobo', María y Juan que son los dueños del Santo, o sea, de la imagen. De allí, San Gonzalo de Amaranto sale del cortijo de María José Mañas, vamos, del cortijo de sus padres que antes lo fue de sus abuelos quienes guardaron el Santo en los años de la guerra civil "mi padre, Juan el de Águeda, lo continuó guardando en recuerdo a mi abuela". El Santo estaba en una ventana donde siempre estuvo, un ventanuco con la medidas justas para que cupiese San Gonzalo. "Tras la llamada de Andrés Pérez, mi madre buscó al Santo porque el sitio se había reformado y se había perdido. Le faltaba la cabeza, estaba desconchado y cuando lo vieron lo restauraron y es cuando empezó de nuevo la tradición de que recorriera el Valle de Cariatiz". San Gonzalo de Amaranto, su imagen, no tiene brazos y este año tampoco burro que lo procesione. El burro de otros años se partió una pata. Como en la zona el burro, la mula, son animales muy útiles y escasos, a ver quién es el guapo que pide prestado un burro. Lo que son las cosas porque el burro estaba o está en peligro de extinción.

 

Cándida Ramírez, de tan sólo 84 años de edad, recuerda que ya con 5 iba a las fiestas de San Gonzalo de Amaranto. Cándida no se ha perdido una celebración "menos en la guerra que nos llevaron a la familia a Jaén, a Cabra del Santo Cristo, allá entre Huelma y Pozo Alcón, luego volvimos aquí y desde que se recuperó la tradición no falto ni una vez". La labor callada de Andrés Pérez ha conseguido rescatar tradiciones de tan singular zona de la provincia de Almería: el Valle de Cariatiz. "San Gonzalo de Amaranto era, hace más de cien años", cuenta Andrés, "el Patrón de Cariatiz. Sucede que cuando se hace la iglesia se cambia de Patrón, se pone a San Ramón Nonato, y a San Gonzalo se le va desplazando un poco hacia la zona del río Aguas". Hace seis años que recuperó la costumbre.

 

Una costumbre que, además de los seis kilómetros de camino en romería, se celebra en la era de Los Alías muy cerquita de Los Herrera. En este terreno San Gonzalo de Amaranto goza de un lugar principal. Una vez bendecida la imagen comienzan los bailes y cantes típicos de la zona, joyas tradicionales recobradas mediante la labor de investigación de muchas personas, entre ellas los componentes de la Cuadrilla del Taller de Folclore de la Comarca Filabres-Alhamilla. Las mujeres ataviadas con sus vestidos tradicionales: mantón de Manila, mandil y faltriquera que se cerraba con una laña cuando iban a las labores del campo, salen al encuentro del Santo. Entre los numerosos asistentes se reparten buñuelos y roscos, acompañados de buen chocolate. Es la fiesta de San Gonzalo de Amaranto.

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