Almería

Toros, cañas y otras fiestas en honor de la Virgen de Gádor

  • Patrona de Berja. En el cabildo del 11 de agosto de 1612 se manifiesta que la villa "tiene por patrona y abogada" a Nuestra Señora de Gádor, profesándole una gran devoción

LA vida en Berja, en los últimos años del siglo XVI y primeros del XVII, es mucho más que las trayectorias de determinados miembros de la oligarquía local, pueblo y concejo participan en los gastos ocasionados por las obras en la ermita de la Virgen de Gádor, en las ceremonias religiosas y fiestas, asistiendo a los sermones, celebraciones litúrgicas en honor de la Virgen de Gádor, de la Candelaria, pero también va a los toros, juegos de cañas y actuaciones de las chirimías. En el cabildo del 27 de julio de 1604 se expone que las fiestas en honor de la Virgen de Gádor se celebren "con la solemnidad y fuerza que se ha acostumbrado". Se harán "toros y cañas y otras fiestas, se traigan para el dicho efecto chirimías de Guadix y se hagan danzas y pongan premios para inducción y todas las demás cosas que para mayor festividad convengan".

Berja no es un universo aislado y sus habitantes se ven inmersos en una época de cambio histórico: la Berja morisca da paso a la de la nueva sociedad repobladora con sus específicas creencias y devociones, los virgitanos de la generación intermedia entre el Renacimiento y el Barroco, se ven sumidos en una cultura de

transición y cambio, en un tiempo de dudas y de crisis.

En el cabildo del 11 de agosto de 1612 se manifiesta que la villa de Berja "tiene por patrona y abogada" a Nuestra Señora de Gádor, profesándole una gran devoción, cuya fiesta se celebra el 8 de septiembre, acordando "se haga procesión y solemnidad la mayor que se pueda, haya fiestas en esta villa, toros y cañas y los demás regocijos que se pudiere". Se invitará al alcalde mayor y al "capitán de guerra para el juego de cañas".

Algunos aspectos y hechos de las celebraciones para honrar a la Virgen de Gádor, llevan de la microhistoria a macrorrealidades sociales, con el telón de fondo que una época de crecimiento está dejando paso a otra de contracción, a falta de la transformación profunda de las estructuras económicas señalada por los arbitristas como Martín González de Cellorigo.

En el citado cabildo se dice: "por no tener propios esta villa para celebrar la dicha fiesta, acordaron que se tomen de sobras de tercias y alcabalas, hasta tanto que esta villa tenga propios". Hechos como este llevan a reflexionar sobre la representación, la realidad pura y dura y la invención de realidades alternativas.

Como hemos dicho anteriormente Berja no es un universo aislado, mantiene relaciones y recibe influjos, no pudiendo sustraerse del ambiente, aunque con matizaciones, de crisis, frente a la cual los arbitristas plantearán posibles soluciones, pocas veces, por no decir nunca, llevadas a la práctica por falta de voluntad política.

Pierre Vilar, en El tiempo del Quijote, pone de manifiesto el gran interés del Memorial de la política necesaria y útil restauración de la república de España y estados de ella y del desempeño universal de estos reinos (Valladolid, 1600), de Martín González de Cellorigo. Para comprender su pensamiento económico es muy significativo el título del capítulo fundamental de la citada obra: Que el mucho dinero no sustenta a los Estados, ni está en él la riqueza de ellos. Efectivamente aunque se debe procurar retener la plata americana, considera que la verdadera riqueza no son los metales preciosos, sino las inversiones productivas y el trabajo, el desarrollo de la agricultura, la industria y el fomento de la población, recurriendo a un férreo proteccionismo.

Cuestiona la teoría de la acumulación monetario-metálica en la doctrina política, pues, a pesar de que lleguen a un país el oro y la plata en abundancia, el aumento de los precios y de los impuestos lo empobrecen, así "cuando las cosas necesarias a la vida humana faltan, falta la verdadera riqueza", aflorando severas críticas al afán de gasto y a la pereza de sus contemporáneos, avivados por el engaño de los metales preciosos americanos.

La contribución de Martín González de Cellorigo al pensamiento económico no se limitó al monetarismo, y trató las causas de la decadencia de España y remedios para su "restauración".

Martín González de Cellorigo (último cuarto del siglo XVI-primera mitad del siglo XVII?) uno de los máximos representantes de la Escuela de Salamanca, y de gran influencia en el pensamiento económico de su época y posteriores, respecto a la mala situación de la agricultura escribirá, entre otras cuestiones, estas

clarividentes palabras: "Los que pueden labrar no quieren y los que quieren no pueden".

González de Cellorigo tenía muy claro que no se trataba de acumular dinero, sino de emplearlo en riqueza productiva, en el desarrollo agrícola e industrial: "La riqueza ha andado y anda en el aire, en papeles y contratos, censos y letras de cambio, en la moneda, en la plata y en el oro, y no en bienes que fructifican y

atraen a sí como más dignos las riquezas de afuera, sustentando las de dentro. Y así el no haber dinero, oro, ni plata en España es por haberlo, y el no ser rica, es por serlo".

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios