Una polvareda de tierra y paja envuelve la era de Santa María del Águila otorgándole un aire onírico. Los muleros guían a las bestias, sujetas por la yunta, para separar la cosecha de trigo de la paja. Con maestría y una innegable expresión de orgullo, estos maestros de la tradición enseñan a los más jóvenes actividades arraigadas en la zona que se realizaban al llegar el fin del verano. Se trata del Encuentro de Trilla, una actividad que cumple su tercera edición este año y que se ha desarrollado a lo largo del fin de semana en el núcleo ejidense.

Reunidos en torno a la era, un millar de vecinos y visitantes han podido disfrutar de las actividades y el floclore más tradicionales. En esta ocasión, la novedad ha sido el desarrollo del programa en dos jornadas en lugar de en una para "dar más espacio a cada una de las actividades", explica el presidente de la Junta Local de Santa María del Águila, Juan Carlos Brabezo.

"Los más mayores son los que más ilusión tienen con estas actividades. Ellos se han encargado de buscar a los ocho muleros y a un herrero que ha mostrado a los más jóvenes cómo se le ponen las herraduras a los caballos. Es algo muy curioso que, generalmente, solo se puede ver en los programas de televisión", explica.

El sábado comenzó la celebración con el baile tradicional de La Alpujarra y Trovo y la actuación musical de 'Dos Indios y un Palomo', y ayer le llegó el turno a los muleros.

Aunque esta actividad lleva haciéndose varios años en otra zona, es la segunda vez que se celebra en la nueva era. En el solar cedido por el Ayuntamiento, se han plantado recientemente almendros,olivos, algarrobos y parras que cuidan los mismos vecinos de la zona, y el entorno se ha convertido, desde su puesta en marcha, en el punto de encuentro de los más mayores del núcleo, que reviven su juventud y los mejores años de su vida con la vista puesta en el pasado.