Las fiestas de Lucainena de las Torres llegaron anoche a su final tras tres intensos días en los que se han sucedido las actividades lúdicas entremezcladas con los actos religiosos. La jornada del domingo tuvo dos platos fuertes. Uno de ellos, una degustación de productos ofrecidos por las empresas Juan Molina Segura e Hijos, Indálica de Pescados, Aceitunas Claudio y Salazones Pérez bañados por bebidas aportadas por el Ayuntamiento. Un encuentro gastronómico que reunió en el municipio a decenas de vecinos y otros tantos visitantes. Una actividad clásica dentro de la programación festiva que se cerró con una velada musical en la plaza del pueblo.

Ya de tarde se celebraron los actos litúrgicos en honor a la patrona Nuestra Señora de Montesión. Los actos comenzaron con una a ofrenda floral a la Virgen a cargo de la asociación Lucanius. Después se ofició una santa misa a cuyo término se le concedió a la patrona la medalla de Oro de la localidad.

Se trata de un reconocimiento más a la patrona a la que hace ya varias décadas se la nombró Alcaldesa Perpetua. La designación se produjo en el año 1952 coincidiendo con el II centenario de un hecho histórico que ha pasado de generación en generación. Corría el año 1755 cuando los vecinos decidieron sacar a la Virgen a la calle para rogarle que hiciera un milagro y que el cielo dejara de llorar para evitar la desaparición del pueblo a consecuencia de las lluvias torrenciales. En recuerdo de aquel milagro el Maestro Alejandro le concedió su bastón que desde hace ya 61 luce en su mano derecha.

Después tuvo lugar la procesión con la imagen de Nuestra Señora de Montesión, que estuvo arropada por sus fieles en un discurrir por las principales calles del pueblo. Una procesión que ha servido para que un año más los vecinos de Lucainena muestren su fervor y devoción a la santa patrona.