Almería

Curro Romero recibe el premio a una vida de arte y sentimiento

  • El torero de Camas vivió una emotiva gala de reconocimiento por una histórica trayectoria

Dicen quienes mejor le conocen que a Curro no le gusta hablar ante un micrófono, pero se sintió tan cómodo que lo hizo durante diez minutos, de una forma tranquila y sosegada, como cuando se conversa entre amigos y se recuerdan tantos momentos de gloria a lo largo de una vida que ya forman parte de la historia de la tauromaquia universal. El Ayuntamiento de Roquetas de Mar entregó a Curro Romero el premio taurino de la ciudad en una gala que reunió a casi 250 personalidades, aficionados y amigos del Faraón de Camas, entre quienes se encontraban la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, o Javier Arenas, gran amigo del torero, a quien le dedicó unas emotivas palabras para resaltar no el valor y el arte, sino las cualidades de una "persona respetuosa y educada, un hombre sincero y sencillo".

Curro Romero agradeció la concesión del premio al alcalde de Roquetas y miembros de la Corporación, así como las intervenciones realizadas por Luis María Ansón, Arenas y Antonio Barbeito; y habló de los recuerdos bonitos que tiene de Almería como cuando vino a torear en 1959 junto a Rafael Ortega y Chicuelo. "Desde entonces fue una de mis plazas preferidas, pero también donde los toros me han dado unos porrazos muy fuertes". Reconoció que no le gustaba torear muchas corridas porque el toreo hay que cogerlo con sentimiento y hacerlo todos los días era una locura. "Creo que no se aprende sino que lo llevas dentro. Al coger el capote y la muleta no sabía lo que iba a hacer, unas veces salían las cosas y otras no, pero yo no iba a engañar a nadie, a simular hacer algo. Si sientes el torero y no sale el toro bueno, no te puedes traicionar a ti mismo; esa ha sido mi forma de interpretarlo. A punto de cumplir 67 años aún seguía manteniendo la misma ilusión de transmitir ese mensaje a los tendidos".

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