Almería

Momentos difíciles para la pesca

  • El sector acumula multas de hasta 6.000 euros desde la implantación del Diario Electrónico de A Bordo que les obliga a pesar las capturas en alta mar y con un margen de error del 10%

Los pescadores de Roquetas de Mar atraviesan por malos momentos en los últimos tiempos y es que desde la implantación del Diario Electrónico de A Bordo (DEA) los barcos de cerco deben notificar exactamente el peso que llevan antes de hacerlo en lonja y solo puede haber una margen de error que no supere el 10%.

Esta política está llevando a muchos pescadores a acumular ya multas de hasta 5.000 y 6.000 euros debido a lo dificultoso de esta labor. "Es imposible pesar a ojo y en alta mar y que solo se pueda tener este margen de error. Realizas el doble de trabajo y, lo que es peor, la posibilidad de error es casi del 100%", explica Icaro, uno de los pescadores.

A este problema, además se le suma el de los horarios, porque para entrar al muelle los barcos tienen que avisar cuatro horas antes, "pero si estamos a dos horas de camino nos obligan a esperar fuera hasta que se haga la hora.

Los pescadores aseguran vivir con la soga al cuello pro parte de las administraciones, de las que no entienden porque no colaboran más para fomentar el empleo en lugar de poner trabas. "Si fallas en el pesaje sanción, si se te olvida poner algo en el diario, también. Y así con todo", denuncian.

Los inspectores pueden venir a pie de puerto y pedir el diario, que es donde se establece si la captura traída, comparada con la venta, está fuera del margen del 10%. Por ello, piden que se deje pesarlo al entrar en la lonja y que sea ahí cuando se anote en el diario, "porque el pescado no se va a perder en ningún sitio" o bien ampliar el margen hasta un 30 o 40%. Además, subrayan que la flota no puede llevar maquinaria exacta, sobre todo, debido a su reducido tamaño, obligándolos a hacer esta maniobra en cajas en las que van infinidad de especies diferentes.

Para más inri, a estos dos problemas se le suma el del la parada obligatoria por el pez espada, que termina de dar como resultado una flota amarrada a puerto y con un futuro marcado por la incertidumbre. Por segundo año, los pescadores de palangre y superficie no pueden capturar esta especie entre octubre y todo el mes de noviembre, lo que está provocando que más de medio centenar de tripulantes se queden sin trabajo en estas semanas.

Antes era posible cambiar de arte pero desde hace dos años no está permitido. Por ello piden que este parón se haga coincidir con el desove del pez espada, o lo que es lo mismo, en los meses de junio y julio y no en estas fechas, que son de gran provecho pesquero.

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