El pasado día 18 las máquinas derribaban dos viviendas en Cantoria, con la fuerza de la ley. Tres días después, el 21, sin palas ni excavadoras, sin maquinaria pesada, en Vera se desmantelaban vidas, vidas de ancianos que residían en la Residencia 'Veraparaíso'. Sin aviso los empresarios propietarios de la 'Veraparaíso' lanzaban el proyectil demoledor contra los ancianos residentes y los empleados: "mañana, todos fuera porque esto se cierra el próximo miércoles", o sea, mañana. Sin más.

Demolición por cierre con la excusa ya consabida de que "como la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Vera no pagan, no podemos seguir". Los viejos se quedan sin hogar de un día para otro. Y se sabía, lo sabía todo quien quiso saberlo porque los empleados de la Residencia lo advertían desde anteriormente, meses atrás lo iban avisando: "Estos empresarios habían dejado esto de la mano de Dios, porque las deudas se vienen acarreando desde el 2009 hasta el día de hoy, que no es de ahora, hicieron un ERE para las auxiliares con la excusa de solucionar la economía de la empresa y hemos ido a peor".

La Residencia Veraparaíso tenía concertadas algo más de 40 camas con la Junta de Andalucía y aproximadamente 20 con el Ayuntamiento de Vera, amén de otras diez privadas.

Desde la Junta de Andalucía se afirma "que tuvimos conocimiento de la decisión de los empresarios el día anterior, por eso enviamos a funcionarios de la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia, para que se hicieran cargo de los residentes con plaza concertada con la Junta y que, de momento, han sido trasladados a otras residencias de la provincia". De otro lado, explican que "se abre ahora un expediente para estudiar las responsabilidades de la empresa ante este cierre inesperado".