Surge en la mente de un joven almeriense, un vecino de un barrio de los de siempre, de Los molinos. Un amante de la Semana Santa que un día piensa: ¿Y por qué no podemos tener una procesión en Semana Santa por las calles de nuestro barrio? La mente de José Manuel Soriano López inicia en ese momento un proceso que sus manos, su corazón y el tiempo lo han transformado en lo que hoy conocemos como la Hermandad de la Coronación. De su mente surge la idea, de su corazón el deseo, y de sus manos, la imagen de una dolorosa, una imagen de María Santísima de barro que se materializa en su casa de la Calle Cantareros.

Su ilusión comenzó a ser la ilusión de otros tantos, y con la ayuda de su barrio, esta primitiva imagen de María Santísima de Gracia y Amparo, realiza su primera salida en la Semana Santa de 1991, ataviada de forma humilde e incluso con algunos enseres prestados, el sol asienta las bases de esta corporación en el corazón de su barrio.

Fundada en 1990, a lo largo de esta década la asociación crece hasta convertirse en Hermandad, eregida en la capilla de San Antonio de Padua y realizando su salida procesional el Viernes de Dolores por las calles del barrio. En 1993 es sustituida la citada imagen por una talla en madera de D. Salvador Madroñal Valle quien en 1995 realiza también la imagen del Señor de Humildad y Paciencia, representando el momento en el que Jesús es coronado de espinas y vestido de púrpura, el Señor que reina y centra las vidas de sus vecinos y devotos. Por último, llega a la corporación la imagen de San Juan Evangelista que acompaña a la dolorosa desde 1999, conformando desde entonces y de forma única en nuestra ciudad, la sacra conversación.

Una Hermandad que ha sufrido patentes cambios y una evolución siempre trabajada, con éxito merecido. De las sencillas andas en las que procesionaba en un principio el Señor, al paso de misterio que cada Martes Santo llega al centro de la ciudad sobre el costal de su cuadrilla de mujeres; de los respiraderos de enea que humildemente cobijaban el trabajo de sus primeros costaleros, al paso de palio que cada año llega desafiando a los elementos hasta el Paseo de Almería, de una procesión de vísperas en Viernes de Dolores, a ser una de las corporaciones emblemáticas de nuestros barrios. En el año 2000 la asamblea general de hermanos, a propuesta de su Hermano Mayor, deciden solicitar a la Agrupación de Hermandades y Cofradías su ingreso en los días oficiales de la Semana Santa, por lo que en el año 2001, tras ser aprobado por el conjunto de las Hermandades de la ciudad, procesionan la tarde del Martes Santo. Debido a la lejanía del barrio solicitan realizar la entrada en un templo del centro de la ciudad, siendo Don José Amat Cortés quien les abre las puertas de la Parroquia de Santiago Apóstol para poder recoger la cofradía, y siempre contando con la inestimable ayuda de la Hermandad de la Soledad.

En 2008 ante la imposibilidad de recogerse en este templo, la cofradía realiza su salida por las calles de su barrio la tarde del Martes Santo para al año siguiente, en 2009, recorrer por primera vez los más de seis kilómetros de recorrido que les llevan a la Carrera Oficial y de nuevo a Santa María Magdalena, su Parroquia.

Testigo es la historia de esta Hermandad del tesón y esfuerzo de sus miembros, una Hermandad que crece cada día al ritmo continuo del trabajo de sus hermanos, prueba de ello, el incremento de patrimonio bordado que de la mano de María Dolores Céspedes poseen.

Una Hermandad que consigue ofrecernos cada Martes Santo un testimonio verdadero de fe y devoción hacia sus titulares y que adornan todo el año con su labor evangelizadora en la Parroquia o en la callada labor social en el barrio.

Este año están celebrando su XXV aniversario fundacional, en el que pretenden conmemorar estos años de duro trabajo y hacer partícipes a todos los cofrades almerienses de lo que es la Hermandad de la Coronación.