La Virgen de la Soledad ha vestido de igual manera todos los Viernes Santo tras la Guerra Civil. Este año será diferente. A.J.M. F., quien pertenece a la Hermandad de La Soledad desde hace 31 años cuando apenas levantaría un metro del suelo, ha donado una saya a Nuestra Señora de los Dolores, que fue bendecida el pasado viernes. Era su ilusión y, ahora, ha conseguido hacer uno de sus sueños realidad. La iniciativa rondaba su mente hace años pero ha sido en el actual, coincidiendo con los 75 años desde la reorganización de la Hermandad tras la lucha española, cuando se ha hecho efectiva.

Se trata de una saya bordada en hilo de oro sobre terciopelo negro, que se compone de falda, mangas, pecho, pecherín y lazo. De estilo romántico, siguiendo la línea de la ampliación del manto de salida de la Virgen de La Soledad. Presenta distintos motivos ornamentales, todos ellos alusivos a las virtudes de la Virgen. Para su elaboración se han empleado varias piezas antiguas de finales del XIX y aplicado técnicas tradicionales del bordado en oro a realce para las de nueva hechura, quedando rematada la pieza por flecos de tirabuzón y bolillo de oro de araña, realizados manualmente para este trabajo.

El trabajo ha sido confeccionado entre los años 2014 y 2015 por el bordador sevillano José Librero, que también bordó la bandera concepcionista y los nuevos faldones del paso de Nuestra Señora.

La saya, que será lucida por la Virgen en la estación de penitencia del próximo Viernes Santo, será la primera vestimenta propia que estrenará esta imagen. Hasta ahora, en su procesión de Semana Santa, La Soledad vestía con la única prenda que se salvó de la quema en la Guerra Civil. Como la imagen, las vestimentas ardieron entonces. La anterior imagen de la Virgen, que databa del siglo XVIII, y sus ropas del XIX se perdieron con el conflicto del pasado siglo. La de ahora es una réplica exacta de la de entonces.