Martes Santo en Huércal-Overa

Cuenta atrás para el día que se tiñe de morado

  • El Lunes el Paso Morado celebró el traslado de la Virgen de la Amargura, último acto antes de su gran procesión que se celebra hoy.

A varal caminaba bajo sobre un manto de rosas blancas y rosas, Nuestra Señora de la Amargura por las calles de Huércal Overa el Lunes Santo. Portada por un amplio grupo de mujeres -alrededor de 50-, entre las que se mezclaba la veteranía con la juventud, fue traslada la talla perteneciente a la Hermandad del Paso Morado hasta la iglesia parroquial, adquirida en 1960 y una obra del escultor murciano Juan Lorente Sánchez.

El traslado partía desde la ermita de El Calvario. Eran las nueve de la noche y muchos huercalenses decidieron salir de sus casas en una noche con temperaturas agradable para acompañar a la Amargura. El traslado de Nuestra Señora de la Amargura contó con el acompañamiento de la Agrupación Musical Virgen del Río y la Banda de Cornetas y Tambores Madre Asunción.

El traslado fue el último acto previo a la procesión general que la Hermandad del Paso Morado celebra este Miércoles Santo, día en el que el morado tiñe el municipio. A las 17.00 horas será la presentación de las Agrupaciones Musicales y Bandas de Música que acompañarán a la Hermandad en su Procesión. Este año: Banda de Tambores y Cornetas Madre Asunción de Huércal Overa, la Banda de Música de Nuestra Señora de la Estrella de Córdoba, la Banda de Música de Huécija-Alicún, la Agrupación Musical Virgen del Río de Huércal Overa, la Agrupación Musical La Lanzada de Valladolid y el Grupo de Regulares de Melilla no 52.

Dos horas más tarde, a las 19.00 horas, tendrá lugar el traslado del Cristo de la Misericordia de la Capilla de la Residencia de Ancianos Virgen del Río hasta el Templo Parroquial desde que a las 20.30 horas dará comienzo la procesión en solitario de las imágenes titulares del Paso Morado, pasos que llevarán los costaleros que recibirán la bendición de Dios en el interior del templo minutos antes de que comiencen a escucharse las ovaciones, aplausos y los primeros acordes de las marchas en el exterior de la plaza de iglesia.

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