Con algo de viento pero con una tarde esplendorosa a las 20:00 horas hacía acto de presencia la cruz de guía de la hermandad de Estudiantes. Bajo la atenta mirada de miles de personas en la plaza catedralicía salía a la calle Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto.

Capitaneados por el conocido capataz Miguel Ángel Plaza el misterio de la Oración hizo las delicias de todos los asistentes bajo el son de la conocida agrupación de Huercal de Almería Nuestra Señora del Mar.

La Virgen del Amor y la Esperanza, vestida por Juan Rosales, salió a la capital almeriense con un encage de tul bordado de color beige y con una rosa de encaje en el pecho, todo ello enmarcado por concha de oro.

Tras hacer su segunda revirá la Reina de la Esperanza se dirigía al convento de las Puras, donde las hermanas de esta congregación la esperaban con júbilo uno de los momentos estelares del Miércoles Santo. Aunque fue un momento mágico no era el último que se iba a producir durante la tarde noche de ayer.

Dispuestos ambos pasos a entrar en las calles añejas de la Alcazaba, concretamente en la travesía de la Almedina, dos hermanos estudiantiles le esperaban con cientos de flores para hacer una de las estampas más bellas de la Semana Santa 2.016. Una petalá a la Virgen del Amor y la Esperanza que dejó boquiabiertos a todos los cofrades. Esta petalá "ha sido muy trabajada por estos dos hermanos de estudiantes que durante todo el año han ido recaudando dinero y congelando flores para ofrecer esta gran imagen", explicaba Antonio Artero, padre de uno de los encargados de hacer la petalá y cofrade de esta hermandad.

Pocos metros después, en la Casa Verde de la Almedina, y organizada por la Asociación del Casco Antiguo, esperaban cientos de almerienses para oir al magnífico saetero Dani `El Molinero´, quien dedicó preciosas estrofas al poderoso Cristo de Oración en El Huerto y a la Virgen del Amor y la Esperanza.

Poco antes de encarar en la carrera oficial el Cristo de la Oración dejó otra imagen inédita a ojos del pueblo de Almería y es la bella estampa de Cristo pasando por delante de la Patrona al son de la Agrupación Musical Nuestra Señora del Mar de Huercal de Almería.

Tras el paso del misterio, la Madre de Dios hizo lo propio. Los sones de la banda de Música de los Iris de Instinción dejaron de sonar para dejar paso a la Tuna que con arte y oficio cantó a su Madre con el consentimiento de la patrona de todos los almerienses.

Dejando atrás la carrera oficial la procesión comenzaba a encarar su recta fina. Antes de encerrarse debía pasar por la emblemática Iglesia de Santiago Apostol, en el centro de Almería. Bajo esta iglesia la hermandad decana de la capital, La Soledad, estaba preparada para recibir a la hermandad estudiantil. Casualidades de la vida, el capataz de la Oración es uno de los encargados de dirigir a la Virgen Soleana cada Viernes Santo por las calles del Casco Histórico de Almería.

Poco después, en la calle Lope de Vega gran cantidad de costaleros y hermanos de esta hermandad comenzaron con la ya tradicional bulla a su titular el Cristo de la Oración.

Tras esta imagen aparecía el palio de esta hermandad, este año bajo las órdenes de Benjamín González quien con gran arte y oficio ha conseguido reunir a cerca de 80 costaleros para pasear a la Madre de Dios.