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Crónica de lo maravilloso

A Carpentier le gustaba recordar una carta de Hernán Cortés al césar Carlos donde el conquistador se quejaba de la parvedad de su idioma, del viejo castellano de sus mayores, para describir la extrañeza y la maravilla de la Nueva España. De hecho, no ha pasado mucho desde que se postuló la autoría de Cortés para esta inmensa crónica, firmada por Bernal Díaz del Castillo, y escrita para desautorizar la Historia general de las Indias del clérigo Francisco López de Gómara, cuyas inexactitudes e insidias no deja de señalar Bernal, como tampoco olvida las imprecisiones del padre Las Casas.Sin duda, lo más formidable de esta formidable obra es la hazaña sin par que aquí se recoge, y de la que Bernal, legítimamente, se pregunta, al entrar en la Tenochtitlan de Moctezuma: "¿Qué hombres ha habido en el universo que tal atrevimiento tuviesen?". Uno está tentado de responder que nadie, puesto que Bernal Díaz del Castillo, natural de Medina del Campo, es también hijo del Renacimiento y, por lo mismo, conoce las gestas de la Antigüedad y la gloria de Roma. Es decir, que Bernal Díaz del Castillo, que ha leído el Amadís, que sabe de las campañas de Alejandro y César, intuye que la naturaleza de su aventura es otra; y que quizá se trata de la mayor y más extraña de cuantas se hayan recogido en los Anales.

Es esta precisa conciencia histórica, por otro lado, la que le llevará a subrayar la importancia de los testimonios (contra Gómara y Las Casas), y la que le exige una observación minuciosa y un orden narrativo. Todo lo cual quiere decir que Díaz del Castillo, narrador amenísimo y desmadejado, es principalmente un moderno. Un moderno que da noticia -modernamente- del nacimiento de la Modernidad, y cuya voz es la voz del agrimensor, del aventurero y del científico. También la del soldado y la del hombre de fe. Pero nunca la del crédulo y el obtuso. Son, pues, una decidida vocación de la verdad, una grandeza de ánimo, y no el mísero cálculo palaciego, las que alimentan desde primera hora estas inolvidables páginas.

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