El Espanyol logró ayer un empate de penalti y en el minuto 90 ante un digno y encastado Levante que mereció mucho más.

Sólo Luis García, con una gran actuación en poco más de un cuarto de hora, pudo marcar la diferencia con el resto de jugadores e igualar la contienda con el tiempo ya prácticamente cumplido.

En las filas locales, Juanma Gómez fue estandarte de la dignidad levantinista con una magistral actuación que culminó con un gran gol, aunque el encuentro, con tres expulsiones (dos en el Levante y una en el Espanyol) quedó completamente desordenado y un tanto deslucido.

A excepción de un par de momentos de cierta intensidad, los primeros cuarenta y cinco minutos fueron bastante sosos. El Levante, sin demasiado esfuerzo, logró dominar el encuentro y asediar al Espanyol en su propio campo.

Sólo la calidad de Luis García, un jugador con un gran repertorio de genialidades, logró abrir la férrea defensa local y provocar un penalti, Álvaro fue expulsado, que él mismo transformaría en el minuto 90. Un gol que cayó como un jarro de agua fria a un Levante que ofreció una gran imágen.