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Froome reafirma su liderato

Alexey Lutsenko (Astana) brilló con luz propia en el primer final en alto de la Vuelta a España 2017, imponiéndose en solitario en la quinta etapa, disputada entre Benicassim y Alcossebre, con un recorrido de 175,7 kilómetros y en la que Alberto Contador (Trek) entró en el grupo del líder, Chris Froome (Sky).

Lutsenko alzó los brazos y paró el crono en 4:24.58, con 42 segundos de ventaja respecto a Merhawi Kudus (Dimension Data), y 56 sobre Marc Soler (Movistar), sus inmediatos perseguidores.

El británico aumenta su ventaja en el primer examen de montañaLutsenko brilla en la iglesia de Santa Lucía y Contador ve la luz

Los favoritos, entre tanto, se vieron las caras tras un ataque de Froome al que sólo respondieron Contador, Esteban Chaves (Orica) y Michael Woods (Cannondale). El madrileño ofreció una versión positiva y encabezó el grupo que a su vez metió tiempo a algunos favoritos de la Vuelta.

Froome endosó ocho segundos a Tejay van Garderen (BMC), 11 a Adam Yates (Orica), Fabio Aru (Astana), 21 a David de la Cruz (Quick-Step), 26 a Vincenzo Nibali (Barhain) y 49 a Romain Bardet (Ag2r). Diferencias no abultadas, pero significativas, que auguran que Froome y Chaves están llamados al duelo estelar y el resto, a integrar el grupo de oposición.

Primer examen en uno de los nueve finales en alto de la 72ª edición de la Vuelta, un inédito muro como juez y un puñado de favoritos llamados a la batalla en rampas tan desconocidas como imposibles, de esas que se suben más rápido andando que en bicicleta.

No ofreció tregua el recorrido, rompepiernas desde la playa de Benicassim hasta la Ermita de Santa Lucía, un trayecto con 3.000 metros de desnivel acumulado y cinco puertos.

17 corredores marcharon a las afueras de Benicassim, entre ellos Rubén Fernández y Soler (Movistar). También Lutsenko. Pero la ventaja nunca pasó de cuatro minutos antes del último puerto. Después hubo tregua en la persecución por voluntad del Sky.

Entre tanto, Davide Villella (Cannondale) cantó bingo en todos los altos: el Desierto de las Palmas, Alto de Cabanes, el Coll de la Bandereta y La Serratella, donde los gregarios de Froome cruzaron a 4.30.

También decidió el Sky entregar la etapa a los hombres de la avanzadilla y negociar aparte la batalla de la general entre los gallos. Dejaron seis minutos de margen a Lutsenko, quien a 16 de meta salió de la fuga. El kazajo ascendió a Santa Lucía, una iglesia en lo alto de una colina. Un puerto corto pero matón. Aun así, se fue sólo rumbo a la victoria.

Por detrás actuaban los favoritos. Froome, después de un tremendo trabajo del Sky, puso el molinillo a 2.000 metros de la cima en la Ermita de Santa Lucía, patrona de los ciegos, quien guió al británico e iluminó a Contador -empeñado en no retirarse antes de tiempo- y Chaves, dispuesto a ser la sombra del líder.

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