Viva el fútbol. Mejor dicho, viva el gran fútbol que desplegaron en la tarde de ayer el Roquetas y el Adra. Dos equipos hermanos, pero no primos, pusieron todas sus armas sobre la mesa y fueron los abderitanos los que noquearon a su rival.

El Roquetas parece haber bajado un poco la guardia tras verse líder indiscutible de la categoría. Los de Ramón Florit tienen más la cabeza en la liguilla que en lo que falta de temporada regular. Y con esas bazas supo jugar un Adra que puede haber dado el paso definitivo para asegurar su permanencia en Tercera.

La primera parte fue más tranquila y de más control. A nadie le interesaba que los primeros cuarenta y cinco minutos se convirtieran en un ida y vuelta; en una guerra sin cuartel. Pero las circunstancias así lo quisieron.

Fue el Roquetas el primero en avisar con un remate al palo de Javichu, que fue de los mejores en el cuadro local. Pero poco a poco, la presión del Adra fue dando sus frutos. A destacar el duelo entre el delantero roquetero Panadero y el experimentado defensa abderitano Edu Fenoy, del que salió victorioso el segundo.

En ese momento apareció Pigüi. Balón que llega al hábil jugador almeriense que, tras caracolear al borde del área, pone el esférico al palo largo donde nunca podía llegar Toni Bernal. Golazo y el Adra que se crecía en el Antonio Peroles.

El Roquetas quiso ponerse las pilas. Ramón Florit dio a entrada a Ballester para tener mayor llegada por la banda. Pero unas veces Asta y otra la defensa comandada por Álvaro y Edu Fenoy, abortaban las ocasiones locales.

Tuvo Miguel la sentencia en sus botas al cuarto de hora de la reanudación. El delantero almeriense se plantó solo en el área con el balón controlado, pero incomprensiblemente su remate se estrelló en el palo. Los que conocen a este jugador sabían que se iba a redimir de su fallo con un gol y así fue.

Justo cuando los rojillos metieron a Megías y Corti para jugarse el todo por el todo, Miguel iba a sentenciar el encuentro. La segunda que tuvo el ariete no la desaprovechó e hizo el 0-2.

Al final, la afición supo premiar el buen partido de los dos equipos. Los 300 hinchas roqueteros junto con el centenar venidos desde Adra, despidieron a los jugadores con aplausos.