Pau Gasol reapareció tras más de medio mes alejado de las pistas y contribuyó con 10 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes en la victoria por 104-91 de los Lakers ante los Trail Blazers de Portland, que mantiene a los californianos en la pugna por el liderato del Oeste.

No exhiben los Lakers su mejor juego, pero Kobe Bryant no falló (36 puntos, 13 rebotes y 7 asistencias) y supo dar respuesta al gran encuentro que firmó Travis Outlaw, con 23 puntos y 6 rebotes para los de Nate McMillan.

El español se mostraba ilusionado y expectante justo antes del duelo. "No podía esperar a que llegase este momento", admitió.

"No quería volver y estar por estar, sino ser efectivo y ayudar al equipo", agregó el ala-pívot. "El tobillo está bien, espero que me permita desplazarme y ser un factor en el partido; veremos qué tal se da".

Pero el "efecto Gasol" tardó en producirse. Con el español en el quinteto titular, la defensa angelina pareció comenzar entonada, pero los Blazers le tenían tomada la medida al aro desde el perímetro (cinco triples) y se pusieron por delante 13-21 a los siete minutos.

Un parcial al que ayudó el apático comienzo protagonizado por el serbio Radmanovic, descentrado en ataque y todo un agujero negro en defensa.

Bryant, una noche más, tuvo que dar la cara, y diez puntos suyos en el primer cuarto situaron el marcador en 26-31 al final de ese periodo.

Gasol, tras pasar la mitad de ese cuarto en el banquillo, volvió al comienzo del segundo cuarto y coincidió en pista con Sergio Rodríguez.

McMillan plantó una zona dos-tres que por momentos atascó el ataque californiano, hasta que Gasol la rompió con una suspensión desde el tiro libre que devolvió la ventaja en el marcador a los Lakers (35-33).

Los buenos minutos de Rodríguez como director de juego de los Blazers, en los que enlazó dos magníficas penetraciones y un triple, mantuvieron a los suyos en la pomada al descanso (50-50). El español respondió con creces a la confianza que su técnico depositó en él.

Más allá del rendimiento de Gasol, que saltó a la cancha por primera vez desde el 14 de marzo y jugó 31 minutos, lo importante es que el jugador no mostró molestias y se desenvolvió con normalidad. Un problema menos para los Lakers.