Se avecinan etapas de alta montaña y para afrontarlas con las máximas garantías de éxito Luis Miguel Ramis está convencido de la necesidad de que todo el grupo crea que la salvación aún es posible y esté convencido de ello. Para hacer piña a la vieja usanza, y aprovechando que su precipitado aterrizaje en la UD Almería no se lo permitió la semana pasada, ayer organizó un almuerzo de hermandad en La Salada, un conocido café-bar del popular barrio capitalino de El Zapillo con cocina especializada en pescado y marisco.

El objetivo no es otro que ir todos a una y nada mejor para ello que compartir mesa y mantel, intercambiando confidencias más allá del habitual roce de compañeros y conociendo mejor a cada componente del vestuario en un ambiente distendido. A la cita acudió el plantel al completo, incluidos los integrantes del cuerpo técnico, así como buena parte de los miembros del club y los encargados del utillaje.

La comitiva ocupó toda la terraza del local y degustó una paella para 40 personas

La comitiva era tan grande que ocupó todo el espacio de la terraza del establecimiento, degustando una paella para 40 personas, jamón y productos frescos de la bahía almeriense. Apoyado en Raúl Lozano, su principal valedor para desembarcar en Almería y con quien ya disputa pachangas para rememorar viejos tiempos, Ramis se sabe obligado a hacer mucho más en menos margen para recuperar el tiempo perdido. Y como futbolista profesional que fue es consciente de que uno de los pilares fundamentales radica en tener una caseta en la que todos remen en la misma dirección.

En la era Soriano las tensiones y las tiranteces fueron constantes, con la conocida división en clanes del vestuario que poco ayudó a encauzar la trayectoria deportiva. El propio técnico maño disolvió aquellos grupos bajo el pretexto del mercado invernal, pero la herida era ya bastante grande como para que cicatrizase con él al mando.

El cambio en el gesto serio que arrastraban los jugadores en la última etapa del sorianismo respecto a la presente empieza a saltar a la vista. Pero para que la estrategia funcione, tanto Ramis como Lozano saben que debe estar acompañada por resultados y los cuatro próximos enfrentamientos (Alcorcón, Nástic, Zaragoza y Córdoba), como el propio club se ha encargado de recordar en su web oficial, son trascendentales al medirse con rivales directos en la pugna por eludir el descenso a Segunda B.

En juego está el futuro profesional de muchas familias que dependen del club, pero sobre todo el prestigio del propio Ramis en su arriesgado salto al fútbol profesional cogiendo un equipo al que debe sacar de la UCI recurriendo a la heroica. Alfonso García Piñero confesaba que lo habían puesto en sus manos por creer en el potencial de la plantilla y ahora falta que eso se traduzca en puntos, al menos 21 de los 36 en liza.