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Simeone somete a Sampaoli

  • Los goles de Godín, Griezmann y Koke doblegan al Sevilla y lo alejan de la lucha por el título liguero

El sevillista Ben Yedder disputa un balón con el colchonero Juanfran.

El sevillista Ben Yedder disputa un balón con el colchonero Juanfran. / kiko huesca / efe

Un partido solvente del Atlético de Madrid y los goles del francés Antoine Griezmann, también asistente, del uruguayo Diego Godín y Koke Resurrección sometieron al Sevilla, doblegado sin matices, apretado en el tercer puesto y alejado, probablemente ya de forma definitiva, de la pelea por el título de Liga.

El Atlético fue mejor por ambición, por ocasiones, por juego, por intención y por convicción que el conjunto andaluz, que se marchó del Vicente Calderón con un gol anecdótico en el tramo final, de Correa, con todo ya decidido, con sólo dos puntos de ventaja sobre los rojiblancos y con la diferencia particular, además, perdida.

El inicio del Atlético fue potente. Lo tenía claro el equipo madrileño y lo intuía el Sevilla. Por eso, el primero propuso una velocidad trepidante en cada ataque, en cada presión, en cada transición, dispuesto para encerrar a su adversario. Y, por eso, el segundo lo esperó con prudencia, armado atrás, a la expectativa.

El Sevilla jugó sin profundidad ni constancia todo el partido, en el primer tiempo apenas en un penalti que reclamó Ben Yedder y que no fue, porque Jan Oblak fue hábil al recoger el brazo en el momento oportuno, y de pronto, en un detalle inesperado en un encuentro de tal magnitud, se encontró por detrás con un gol de Diego Godín.

Hubo mucho de mérito tanto en el preciso y tocado pase a balón parado de Griezmann como en el certero cabezazo del central uruguayo, pero también mucho demérito en el desajustado movimiento de la defensa del Sevilla. Unos lanzaron el fuera de juego, otros se fueron hacia atrás y Mercado se olvidó de Godín, que remató solo.

Desde el banquillo Sampaoli mostró cierta intención para el segundo tiempo, con una simple sustitución -entró Jovetic, un delantero, y se fue Lenglet, un central-, con la que removió su sistema, de los tres centrales a la línea de cuatro, y con su primer tiro entre los tres palos, un remate flojo y centrado de tacón de Sarabia.

Al francés Gameiro le faltaron después unos milímetros en un control ante Sergio Rico y que luego separaron al portero de impedir el golazo de falta directa de Griezmann, imposible para el guardameta por potencia, dirección y golpeo del internacional francés, aclamado por todo el Calderón a la hora del encuentro.

Igual Fernando Torres instantes después, alentado con sus brazos también por el propio Simeone, cuando entró al campo, su reaparición en un encuentro tras el choque que le dejó inconsciente el pasado 2 de marzo en Riazor para la última media hora ante el Sevilla, del que no hubo ni rastro de reacción, con el 3-0 en contra de Koke y con el 3-1 de Correa para rebajar una derrota incontestable.

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