CF Reus | UD Almería

Sonreír o llorar mucho

  • Partido que marcará un antes y un después o que los dejará una semana más a la deriva.

  • Primer contratiempo por la falta de fichajes: Nano, lesionado, deja huérfano el lateral zurdo.

Chuli y José Ángel, risueños, se preparan para subirse al autocar.

Chuli y José Ángel, risueños, se preparan para subirse al autocar. / fotos: javier alonso

Por culpa del propio Almería, el partido de esta tarde es a todo o nada, será blanco o será negro, pero no gris. No se admiten medias tintas, o reír o llorar. Desde la parte más baja de la clasificación, los rojiblancos se juegan su futuro más próximo en uno de los campos más complicados de la Segunda División, mala papeleta para un conjunto que es peor que la carne de pescuezo a domicilio. Reus va a medir a un plantel que tiene esta tarde un ultimátum presidencial, al que ya se le ha acabado la confianza después de muchas semanas dándole vueltas a la cabeza por culpa de los malos resultados.

Si bien Alfonso García es de gatillo fácil, con Fernando Soriano ha tenido una consideración especial por lo que supone para la entidad y por el favor que le hizo el año pasado en las últimas jornadas ligueras. Sin embargo, los cánticos de la semana pasada por parte de la afición han hecho reaccionar a un presidente dormido en los últimos meses, quizás demasiado pasota con un equipo que no ha revisado sus frenos para afrontar las curvas y rampas que tenía por delante. La reunión exprés postpartido ante el Getafe le dan un carácter de auténtica final al choque de esta tarde en tierras catalanas.

Ahora, lejos de reforzar el equipo, el club sigue esperando y esperando en el presente mercado, confiando poco menos que en un imposible. La salida de Dubarbier y Alex Quintanilla no han traído consigo la incorporación de ningún jugador que pueda reforzar la zaga, una de las líneas más flojas del equipo. Y precisamente hoy se va a echar de menos al argentino, puesto que Nano no se ha recuperado de su sobrecarga muscular y no viajó ayer con el resto del grupo. De esta manera, Fernando Soriano tendrá que inventarse un lateral izquierdo ante la falta de sustitutos en una posición que en verano estaba perfectamente cubierta.

Esa misma falta de agilidad para acometer los fichajes, provoca que la afición tenga poca confianza para que el equipo reaccione. Soriano se llevó a tierras tarraconenses a dos jugadores que en principio están en la rampa de salida, como son Chuli e Iago Díaz. El onubense ya jugó el pasado encuentro en el Estadio de los Juegos Mediterráneos unos minutos y se le vio activo, por lo que ante la falta de incorporaciones al técnico maño no le queda otra que tratar de sacarle rentabilidad en el césped. A lo largo de la semana, de hecho, ha apuntado a titular.

El que puede quedarse nuevamente fuera del once titular por segunda salida consecutiva será Antonio Puertas. Ha estado toda la semana entre algodones y sí va a llegar al encuentro de est tarde, aunque demasiado justo. Entre esto y que a Soriano le gusta el trivote defensivo, Fran Vélez tiene todas las papeletas para acompañar a José Ángel y Diamanka en la medular, la línea más potente del equipo local. Los catalanes acumulan a mucha gente en la parcela ancha, lo que les beneficia en las segunda jugadas, algo siempre mal defendido por el Almería. Como no puede ser de otra forma, el balón parado es lo que más preocupa a los almerienses, que encajan goles fatales partido tras partido. Aunque Soriano insiste en ello y se encierra en el estadio para trabajarlo, los fallos de concentración del equipo son tan osados que los rivales los aprovechan con suma facilidad. Así se perdió ante un flojísimo Mirandés en Anduva, que sin ir más lejos ayer cayó por un rotundo 0-3 ante el Numancia.

Y después de todas estas conjeturas, la pregunta es la siguiente: ¿alguien confía en una victoria del Almería? Posiblemente ni el propio equipo, que va camino de batir todos los récord Guinness negativos. El fútbol es fútbol y la sorpresa puede darse en Reus, está claro. Pero viendo la convulsión que existe en el club y la sensación de fragilidad que transmite el equipo, es difícil ser optimista. Es labor de los jugadores cambiar la visión pesimista de una gran parte de la afición, descontenta, desilusionada y al borde del ataque de nervios.

Pese a lo horriblemente mal que lo está haciendo el Almería, la zona de salvación está a tiro de piedra. De hecho, una victoria sería un empujón de moral tremendo para comenzar la segunda vuelta e ir a Cádiz con un rostro bien diferente al actual. Ahora, otra derrota... ¿quién sabe lo que se le va a pasar por la cabeza al presidente?

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