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Soriano se bunkeriza

  • Decreta puerta cerrada por primera vez un martes

Soriano junto a buena parte de su cuerpo técnico.

Soriano junto a buena parte de su cuerpo técnico. / j. alonso

Fernando Soriano escribió ayer otra página del manual de entrenador desbordado realizando por primera vez en lo que va de temporada la sesión preparatoria del martes a puerta cerrada en el interior del estadio de los Juegos Mediterráneos, lejos de las miradas curiosas de la prensa y de los aficionados (pueden contarse con los dedos de una mano) que suelen congregarse en el anexo a diario.

La norma hasta la fecha era que el técnico maño no se recluyese con sus hombres para ensayar aspectos tácticos y estratégicos hasta el día previo a la confrontación con el rival de turno, en este caso el Tenerife, pero como quiera que las cosas no le están funcionando como tenía previsto, ayer decidía darle otra vuelta de tuerca al entrenamiento del plantel.

Ordenar sesiones a puerta cerrada, otro de los síntomas del técnico desbordado

Los veinte minutos previos, en los que apenas da tiempo para el calentamiento inicial y algunos rondos de activación, sí fueron de puertas abiertas, tal y como dicta la normativa de la LFP, muy preocupada en que los equipos tengan la máxima repercusión mediática.

Transcurrido ese tiempo, plantel y cuerpo técnico trabajaron sin 'miradas incómodas' para intentar que en el Heliodoro Rodríguez López se revierta el maleficio como visitante, el mismo que dicta que solo se ha ganado un partido en 41 salidas.

En su última comparecencia ante los medios tras igualar con el Girona, además de por su futuro, se le cuestionó por la posibilidad de cambiar el sistema de juego y el técnico se mostró abierto a cualquier posibilidad, reseñando que hasta la fecha lo único que no había probado era jugar con una zaga de cinco efectivos incrustando tres centrales para reforzar el eje. A decir verdad, el maño ha alternado a lo largo del curso dos dibujos, el 1-4-2-3-1 y el 1-4-3-3, sin recurrir nunca al 1-5-3-2, pero tampoco al tradicional 1-4-4-2, un esquema bastante pragmático que solo ha puesto en práctica en algunos tramos de partido obligado por las circunstancias.

Otro aspecto que se le afea y quiere corregir lo antes posible es la eficacia del equipo en las acciones de estrategia ofensivas, ya que no suele sacarle rendimiento a los saques de esquina, si bien parece haberse cortado la sangría de encajar a balón parado.

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