Los números que atesora este curso la UD Almería con Fernando Soriano al frente del banquillo son para cerrar el chiringuito e irse con la música a otra parte. Recién estrenada su condición de colista, posición (la de farolillo rojo) que hasta la fecha no había pisado el conjunto rojiblanco pese a vivir 18 de las 26 jornadas disputadas en puestos de descenso, el panorama que se presenta es desolador, maquillado en parte por unos decentes registros caseros, donde solo se ha perdido ante Tenerife y Getafe.

La mediocridad en la parte baja de la tabla clasificatoria es tal que los unionistas, promediando apenas 0,96 puntos por partido, siguen a solo tres de UCAM Murcia (próximo rival), Real Mallorca y Rayo Vallecano, los equipos que marcan en estos instantes la permanencia, sin duda favorecidos por la meteórica racha del líder Levante, que apenas cede puntos ante ningún adversario, y la buena bolsa que también acumula el Girona, segundo.

Como consuelo, el curso pasado se estaba aún peor, 20º con 23 puntos, a 4 de la permanencia

El técnico maño posee el dudoso honor de estar batiendo todos los registros negativos desde que se milita en la LFP. De las 18 jornadas en descenso, siete han sido en el puesto 21º, el más repetido a lo largo de la temporada, siendo el 9º el mejor, logrado tras la anecdótica tercera jornada, cuando los equipos todavía no han definido los objetivos por que van a pelear.

La peor racha de resultados se registró tras la victoria casera ante el Mallorca (2-1), cuando se encadenaron cuatro derrotas consecutivas frente a Mirandés, Getafe, Reus y Cádiz. La mejor surgía de sendos empates con Levante y Alcorcón culminados con goleada frente al Nástic.

El arranque de 2017, lejos de mejorar las expectativas con los refuerzos del mercado invernal, las ha empeorado más si cabe, ya que el Almería solo ha visto portería en un partido de siete disputados, el de la goleada contra el Oviedo (3-0), siendo incapaz de marcar ante Getafe, Reus, Cádiz, Rayo, Girona ni Tenerife.

Esa concatenación de resultados, unida a la evidente pólvora mojada que arrastra un equipo incapaz de reforzarse con un '9' de garantías durante la ventana invernal, han provocado que apenas se hayan podido sumar 4 puntos de los últimos 24 en liza, ganándose solo 6 partidos de los 26 disputados, todos ellos en el Mediterráneo.

En calidad de visitante, y tras la victoria del Mirandés en Vallecas, el Almería queda como el único conjunto de la categoría de plata que aún no sabe lo que es ganar a domicilio, obteniendo tres solitarios empates ante Girona (3-3), Alcorcón (0-0) y Valladolid (0-0), renta que supone la suma de 3 puntos de 42 en liza.

Este mal no puede achacarse únicamente a la dirección de Soriano, sino que ya es algo endémico al repetirse sistemáticamente y estar localizado. Cabe recordar al respecto que la UDA solo ha ganado un desplazamiento de sus últimas 42 salidas, concretamente el 17 de abril de 2016 (cerca ya de cumplirse un año) en El Toralín, cuando con Néstor Gorosito al mando se batió a la Ponferradina por 1-3, resultado que a la postre sería clave en la consecución de la permanencia en una última jornada de infarto que mandó a Segunda B al cuadro berciano.

Y como quiera que el mal de muchos es consuelo de tontos, pero al fin y al cabo consuela, el Almería, con su presidente a la cabeza, se aferra a que a estas alturas del curso pasado se andaba aún peor, con el técnico argentino intentando corregir el desaguisado heredado de Sergi, Rivera y Carrillo. Entonces se sumaban 23 puntos (dos menos que en la actualidad), y la salvación estaba a 4 puntos de distancia, ocupándose la 20ª posición.

De hecho, sus tres compañeros de viaje en la zona de descenso en aquella jornada, Albacete, Llagostera y Bilbao Athletic, acabaron descendiendo, por lo que el precedente es premonitorio. La consigna pasa por ganar todo lo de casa ante rivales directos (UCAM, Huesca, Alcorcón, Zaragoza, Sevilla Atlético, Valladolid, Numancia, Mirandés y Reus), cruzar los dedos y rezarle a la Patrona.