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El Valladolid impuso su ley ante un Valencia que hizo aguas (1-2)

El Valladolid impuso su ley en Mestalla y ganó un encuentro en el que fue, al menos durante sesenta minutos, superior a un Valencia que hizo aguas durante buena parte del partido y que sólo tuvo opciones de puntuar en el tramo final del encuentro, cuando mostró una cierta reacción.

Fue un choque en el que el Valencia mostró todos sus defectos a excepción de la capacidad para meterse al final en un partido que por juego y marcador tenía perdido y en el que el Valladolid sufrió al final más de lo que su propuesta futbolística podía hacer pensar.

Sólo en los instantes finales, cuando el Valladolid se quedó con un hombre menos, el Valencia tuvo opciones de empatar, gracias a la mejoría de su fútbol, aunque no tanto como consecuencia de la claridad de sus ocasiones.

El Valencia ratificó que se encuentra en el peor momento de la temporada, que echa mucho en falta los goles del hoy sancionado David Villa y el Valladolid encontró oxígeno con este triunfo.

El Valladolid se adueñó del partido desde el minuto inicial por convencimiento e intensidad ante un equipo plano y sin recursos como el Valencia de los últimos tiempos. Gracias a ello, una magnífica jugada por la banda de Víctor y Marcos propició el 0-1, logrado por Sesma cuando apenas se habían disputado seis minutos de juego.

A partir de entonces, el Valencia fue un flan y el Valladolid se asentó y cogió moral tanto a base de aproximaciones constantes y peligrosas a la meta de César como del manejo del balón a su antojo en el centro del campo.

El Valencia era un querer y no poder, un equipo sin argumentos futbolísticos, lo que se tradujo no sólo el falta de llegada a la meta de Justo Villar, sino en alguna acción de infortunio como la que provocó el 0-2, logrado por Albiol en propia meta cuando apenas se rebasaba la media hora de juego, en una jugada que también llegó por el lateral derecho.

Sólo en los minutos finales del primer periodo se nivelaron un poco las fuerzas, ya que el equipo local se volcó sobre la meta de su rival, con más empuje que orden, mientras que el Valladolid mantuvo la compostura y no se vio obligado a cambiar un ápice su fútbol para llegar al descanso con una ventaja cómoda y merecida de 0-2.

Poco cambió el partido tras el descanso a excepción de que el equipo visitante fue un poco más conservador, pero los espacios no le sirvieron al Valencia para hacerse con el control del partido, que continuó bajo la batuta del Valladolid.

Con media hora de partido por delante, el técnico local revolucionó el equipo con tres cambios ya que retiró a Silva y al eje de la línea media (Baraja y Albelda) para jugar en esa zona con Fernandes y el canterano Míchel y dar entrada a Vicente para contribuir a la creación del juego.

Los cambios variaron ligeramente la fisonomía del Valencia que empezó a ser más incisivo, pero la tarea era complicada por la desventaja en el marcador y por la seguridad que demostraba el Valladolid, perfectamente adaptado a las características del partido y que daba pocas opciones a su rival.

Fruto de esa mejoría llegó el 1-2, logrado por Marchena al cabecear un córner, lo que hizo creer al Valencia en la posibilidad de empatar y obligó al Valladolid a cambiar su dinámica para tratar exclusivamente de romper el partido y mantener la ventaja.

La lesión de Bea, que regresó al campo con la cabeza vendada, y la expulsión de Pedro López por una entrada a Morientes, dieron una intensidad especial al tramo final del encuentro, con el Valencia volcada sobre la meta del conjunto castellano.

Ambos equipos lo dieron todo en los minutos finales del encuentro y el Valladolid, con el sufrimiento indispensable para ganar un partido de estas características, se llevó con merecimiento los puntos.

 

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