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Villar y su hijo, a prisión sin fianza

  • El juez Pedraz entiende que el presidente tejió "un entramado" que permitió el desvío de millones de fondos públicos y privados

  • El directivo pasó la noche en Soto del Real

Ángel María Villar y su hijo Gorka, trasladados en el furgón de la Guardia Civil a su salida de la Audiencia Nacional.

Ángel María Villar y su hijo Gorka, trasladados en el furgón de la Guardia Civil a su salida de la Audiencia Nacional. / Fernando Villar / efe

El juez Santiago Pedraz envió a prisión sin fianza al presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, por haber tejido un "entramado" que permitió el desvío de millones de fondos públicos y privados del ente federativo. El directivo entró en la prisión de Soto del Real ayer, pasadas las 21:00.

En el auto, el magistrado también dictó prisión incondicional para su hijo Gorka y para el presidente de la federación tinerfeña, Juan Padrón, mientras que al secretario de ese organismo, Ramón Hernández Baussou, le impuso una fianza de 100.000 euros para salir de prisión, todo ello tras tomar declaración a los cuatro durante todo el día.

Los detenidos fueron conducidos a la Audiencia Nacional tras su arresto el martes en la operación Soule, en la que se los acusa de lucrarse en beneficio propio con las arcas del ente federativo. En el auto, el magistrado explica que Villar, presidente desde hace 29 años, creó esa red corrupta, que englobaba a las federaciones territoriales y a organismos vinculados a ellas, "con conocimiento y consentimiento de los principales dirigentes de esos organismos y con la voluntad de enriquecerse y/o favorecer el enriquecimiento de terceros".

Según el juez, Villar usó varias sociedades para el desvío del dinero y estableció además un "clientelismo tanto en la contratación del personal, que recae fundamentalmente en familiares, como en la presunta adjudicación arbitraria de contratos de suministro y prestación de servicios a empresas vinculadas, bien directamente o bien a través de familiares". Esto lo hace, explicó Pedraz, "al menos desde 2009 en el ámbito de todo el territorio nacional".

Entre sus conductas irregulares, el juz destaca una serie de "excesos en las facultades de administración del patrimonio y recursos de la RFEF" y también sobre la selección española, ya que a Villar le corresponde proponer al seleccionador y el lugar de celebración de los partidos internacionales.

Concretamente, detalla excesos en los nombramientos de la Asamblea de la federación y la concesión de beneficios a sus miembros "para el favorecimiento del presidente", de manera que "se garantiza la mayoría necesaria" para ser reelegido.

En este último aspecto indica el juez que Villar concedió "beneficios a algunos de los presidentes de las federaciones, en cuyo ámbito no tenía asegurado el apoyo, disponiendo del patrimonio ajeno que administra, esto es, el de la RFEF".

Favoreció a dos federaciones territoriales en particular, la de Murcia (FFRM) y la de Cantabria (FCAF), pero también "en un pasado cercano el investigado habría favorecido económicamente de manera singular" a la de Madrid (FFM) y Ceuta (FFCE), cobrando "esos favores" en forma de apoyo a su candidatura para la presidencia a la RFEF. Estos favores se apoyan en varias conversaciones pinchadas y en algunas aparece el ex seleccionador Javier Clemente.

Villar, quien "ha pretendido desvincularse de la percepción de subvenciones públicas con la finalidad de eludir el control financiero y contable consecuencia de la aplicación de la Ley de Transparencia", hizo asimismo un gasto desproporcionado en personal de la federación.

"La inexistencia de un criterio formal que determine las cuantías de la retribución variable de los empleados y la ausencia de contratos escritos con el personal reputado de alta dirección" es una de sus actuaciones irregulares a este respecto, según explica el juez citando una auditoría que se hizo sobre este aspecto.

Detalla Pedraz que las retribuciones anuales de 40 empleados de la RFEF suman unos 5,5 millones y que en la causa hay diversos fragmentos de conversaciones telefónicas "relacionados con la contratación excesiva de personal, los altos sueldos y la baja productividad de parte de éste".

De hecho Villar otorgó altos salarios a algunos directivos "por mor de su amistad o conveniencia", lo que le reprochó su propio hijo Gorka en un pinchazo: "Tienes que empezar a dejar de confundir la lealtad hacia las personas con la incapacidad... te meto tal cosa o te jubilo de puta madre".

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