UD ALMERÍA

Ya se han acostumbrado a convivir con el pozo

  • Desde el ascenso con Javi Gracia, la UDA más tiempo en posiciones de descenso que fuera de él

  • El aspecto psicológico se antoja fundamental

Ximo, resignado en la derrota ante el Getafe.

Lejos queda esa mágica noche del 22 de junio de 2013, con Carlos Calvo y Chumbi subidos en la parte delantera del autocar en la Plaza de las Velas, mientras la hinchada unionista aclamaba a Charles, Aleix, Esteban y compañía. Desde esa madrugada todo ha sido sufrimiento para la parroquia rojiblanca. Once meses después una igualada ante el Athletic sirvió para permanecer en Segunda División, pero los desfibriladores se activaron en el Mediterráneo, estando todo el curso en la pelea por no bajar, ocupando puestos rojos 17 jornadas, algo lógico al tratarse de una de las mejores ligas del mundo.

59,5%Jornadas en descenso. 91 de las 153 de las cuatro últimas campañas en puestos rojos

Sin embargo, los males no se remediaron y el sufrimiento se prolongó en el ejercicio 14-15, descendiendo a Segunda División con la permanencia más barata de los últimos años. De nuevo, los unionistas estuvieron 17 jornadas en descenso, 14 de ellas consecutivas hasta el final de campaña.

Y, de nuevo, los numerosos errores no se subsanaron y los seguidores rojiblancos tuvieron que sufrir hasta la última jornada, con la diferencia de que se trataba de Segunda. En la pasada campaña los almerienses ocuparon 30 jornadas los puestos rojos, con una racha que asustó, desde la sexta fecha hasta la trigésima tercera sin parar, saliendo con ese famoso triunfo en Ponferrada.

Y otro curso más continuaron los fallos. De las 35 jornadas disputadas hasta la fecha, la UDA ha estado en el pozo 27. Cayó 2-1 en Miranda de Ebro el pasado 18 de diciembre y desde entonces no ha salido de los cuatro últimos escalafonesm, acumulando ya 17 jornadas consecutivas.

En total, de las 153 fechas de estas últimos cuatro temporadas, el Almería ha estado 91 en descenso, lo que significa un 59,5%. Ante el Zaragoza tuvo opción de salir si vencía, pero el 2-2, no le sirvió, al igual que ante el Córdoba, con el 1-0 que dejó a los unionistas inmersos en su rutina con el descenso.

Mañana, nueva oportunidad en el Martínez Valero, con dos dinámicas contrapuestas. Contando los ocho últimos encuentros, el Almería es el quinto mejor de la liga, con 14 puntos, mientras que el Elche sería el cuarto peor, con la mitad de las unidades. Este aspecto podría jugar a favor del cuadro de Ramis.

"A priori, eso tiene que notar y dar una pequeña ventaja al Almería. Cuando se está inmerso en una situación durante tanto tiempo, como lleva el Almería, al final, quieras o no, aprender a convivir con ello aunque no sea fácil. Un equipo que no se ha visto ahí durante toda la temporada y ahora circunstancialmente se ve puede no saber manejar esa situación tan bien como la manejas tú. Pero se tiene que dar que tú hagas un partido largo y complicado al rival, para que éste empiece a pensar en esta posibilidad conginitivamente", cuenta un psicólogo deportivo almeriense.

"Si el rival se pone por delante rápido y no ve que esa situación va a estar ahí, no le va a afectar. Por eso es muy importante gestionar muy bien el primer tercio o cuarto de partido para que no sólo al jugador del Elche, sino también el aficionado, le pueda venir ese pensamiento y genere un caldo de cultivo que al final se viene en contra. Generarles dudas en ese partido es fundamental porque esas dudas siempre te van a favorecer a ti", continúa.

Este psicólogo considera que la autoconfianza de cada jugador es fundamental a la hora de salir del pozo: "Cuando está en puestos de descenso, dentro de las habilidades psicológicas que son necesarias para competir, una de las que se puede mermar mucho es la autoconfianza. Normalmente el jugador deposita la confianza en el resultado. Hay que trabajar con la autoconfianza del futbolista y en vez de basarla en el resultado, hacerla en el trabajo realizado". La motivación también es clave: "Es otra variante psicológica. En una situación como esta, el jugador no está en su punto óptimo de motivación. Todo eso rodea a una situación de estrés o ansiedad competitiva. Es difícil de gestionar eso".

Por último, explica que estas variables (autoconfianza, motivación, estrés, nivel de activación, atención, concentración, toma de decisiones) hay que trabajarlas desde principio de temporada: "Es difícil llegar a la optimización de esos recursos si no se hace a medio plazo y más si partes de una situación como la del descenso. Si se trabajan en contextos más favorables, cuando llegan momentos de dificultad, que es cuando tienes que tirar de estas habilidades, las tienes trabajadas y es más fácil tirar de ellas".

Quique se arrepiente de una ocasión fallada ante el Getafe.

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