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Con las botas puestas

  • Inferioridad El Almería fue capaz, con un futbolista menos, de empatar en dos ocasiones al Atlético de Madrid Calco Como en Sevilla ante el Betis, el cuadro almeriense acabó con dos jugadores menos

Tal y como sucedió hace tres meses en Sevilla frente el Betis, el Almería tuvo que jugar en inferioridad durante gran parte del partido debido a una decisión más que discutible del colegiado Pérez Burrull, que expulsó a Pulido por un penalti inexistente sobre Agüero en el minuto 4 de partido, cuando el marcador ya le era favorable a los atléticos gracias a un tanto de falta de Antonio López. Sin embargo, el Almería supo rehacerse, llegando a empatar por dos veces el partido y llevando el nerviosismo a la grada. Sin embargo, una vez que se quedó con 2 menos, tras la segunda amarilla de Juanito, la empresa fue totalmente imposible y el cuadro almeriense sólo pudo caer con la mayor dignidad posible. El conjunto rojiblanco, a pesar de las adversidades, plantó cara a los colchoneros e incluso siguió buscando la portería contraria.

El partido tuvo un comienzo frenético en el que el ídolo local, con su calidad y su picardía, iba a desnivelar el marcador a favor de los locales. Al primer minuto de juego iba a provocar una falta en la frontal del área que Antonio López se iba a encargar de transformar por la escuadra que defendía Diego Alves. De nuevo el Kun iba a llevar el peligro con una internada por banda derecha que despeja Bruno y, tan sólo unos segundos después, en el minuto 4, iba a simular un penalti de Pulido que señaló el colegiado, que además envió a vestuarios al central.

El panorama se complicaba y el escenario se iba a poner peor todavía ya que Diego Forlán se iba a encargar de materializar la pena máxima. No habían pasado ni cinco minutos y el cuadro almeriense perdía por 2 a 0 y estaba con dos futbolistas menos. Sin embargo, el conjunto de Emery, lejos de venirse abajo, se hizo con el control del partido y, tras un centro chut de Bruno que sirve de aviso, llega el 2 a 1. Felipe Melo iba a controlar, dentro del área, un envío del propio Bruno para fusilar.

Este gol descoloca al conjunto local y da alas a los almerienses, que en el minuto 16 logran algo impensable: el empate. Mané le da la pelota a Juanma Ortiz y éste, forjado en las categorías inferiores del Atlético, sin pensárselo, lanza un obús desde unos 40 metros que se cuela por la escuadra. La afición local no daba crédito y comenzaba a silbar a su equipo.

En pleno desconcierto del Atlético, de nuevo Juanma Ortiz, en el 18, está a punto de marcar. Escorado en su banda derecha, recibe la pelota y vuelve a lanzar, casi sin ángulo, poniendo en apuros a Abbiati. En el minuto 20, Crusat lanza una contra y le sirve la pelota a Negredo, que desde la frontal del área lanza a las manos del meta italiano del cuadro madrileño. Y seis minutos después, en el 26, Álvaro Negredo es objeto de penalti por parte de Pablo, pero el colegiado cántabro miró para otro lado. El Almería, a pesar de jugar en inferioridad, había hecho méritos para ir por delante.

Pero el cuadro almeriense, cuando mejor lo tenía, vuelve a complicarse la vida con un error inesperado de Diego Alves. Simao iba a lanzar una falta lejana, desde unos 30 metros, a las manos del brasileño, pero la pelota se le escapa y se cuela en la portería en el 33. El Atlético, sin apenas esfuerzo, volvía a ponerse uno arriba, aunque el partido seguía loco. De hecho, tan sólo tres minutos después, el cuadro almeriense iba a hacer el más difícil todavía a la salida del primer córner del encuentro. Mané la pone en la frontal del área para que Juanma Ortiz remate en semifallo. El esférico le llega a Soriano, que prolonga hacia la frontal del área chica para que Negredo, de cabeza, remache en boca de gol y ponga un increíble 3 a 3 en el minuto 36.

Pero el partido se iba a acabar en el minuto 39. Juanito iba a ver su segunda amarilla, dejando a su equipo con dos menos, y justo antes del descanso Simao pondría el 4 a 3. Con dos menos, y toda la segunda mitad por delante, el cuadro almeriense iba a intentar encajar el menor número posible de goles. El Atlético, que no calmó la pitada del respetable, logró 2, ambos de Agüero, aunque pudo haber hecho muchos más si hubiera aprovechado los espacios y el lógico cansancio de los visitantes. Por su parte, el Almería iba a seguir dando la talla en todo momento y, a pesar de la goleada, salió con la cabeza alta del Calderón que, además, le ovacionó, porque murió con las botas puestas.

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