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Por cosas como ésta, está todo así

  • Incoherencia en las convocatorias y alineaciones, donde se pasa de la grada a la titularidad y viceversa, sin alguna justificación entendible

Ximo celebra el gol de volea que supuso el 1-1.

Ximo celebra el gol de volea que supuso el 1-1. / javier alonso

Señalar a la titularidad de Ximo como la causante de la debacle no tiene sentido ni rigor. Pero la filosofía de la titularidad a la grada y de la grada a la titularidad, sí da muestras de nerviosismo, de tocar las teclas sin coherencia a ver si los textos se escribieran por casualidad, obviando que la mecanografía es necesaria antes de sentarse delante de un teclado.

La titularidad de Ximo es la muestra del botón. Sereno, por ejemplo, ha seguido el sentido inverso, al haber sido titular en Tenerife y ni haberse vestido en la tarde de ayer. Más dura fue la situación de José Ángel, que estaba siendo el más regular en el centro del campo, siendo titular y jugando a buen nivel, y de buenas a primeras, el club le da la baja. ¿Por qué? Se pueden dar centenares de explicaciones, pero ninguna es realmente creíble si lo que se buscaba era mejorar al equipo. Sonaba a purga y el tiro ha salido por la culata.

La situación de Ximo es otra de la que demuestran que el vestuario del Almería es especial, con unas peculiaridades que no auguran nada bueno. El granadino es capitán del equipo, ha portado el brazalete en varios partidos por méritos propios, puesto que su rendimiento estaba siendo muy bueno hasta Navidad. Y el año pasado, con Gorosito como central, mejor todavía. Todo se iba a torcer a comienzos de invierno, cuando el club le presenta la oferta de renovación, muy inferior a otras que tiene en su poder. En el último partido del 2016, sin merecerlo deportivamente, se queda en el banquillo, al igual que Puertas. Pese a intentar vender que fue una decisión deportiva, incluso aceptando que Isidoro jugó un buen partido en Miranda de Ebro, fue un castigo momentáneo por no renovar. Desde entonces, con la salida también su buen amigo Iago, el nivel de Ximo sí que cayó en picado y tras el pésimo partido en Vallecas, se había ganado con creces la suplencia. De hecho, la llegada de Motta hacía presagiar que el granadino no iba a volver a jugar.

Y de buenas a primeras, con Motta recuperando el tono físico e Isidoro viviendo también otra situación inexplicable, Soriano le da la titularidad en un partido tan importante. Al César lo que es del César, Ximo no estuvo a peor nivel que el resto, fue un títere más de esta obra trágica. Sufrió más de lo esperado con un extremo del montón como es Collantes y sus subidas fueron menos peligrosas que en partidos anteriores. A su favor, su gol fue un gran gol. Lo normal es que alguien que ha perdido la titularidad, salga a comerse el campo, pero no es así en este caso ni en el de sus compañeros, por mucho que Soriano lo intuyera en los entrenamientos, lo que demuestra una falta de autoridad en el vestuario.

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