La derrota en Chapín ha dejado al Poli, prácticamente, con los dos pies en la Segunda División B. El presidente del conjunto celeste, Gabriel Hidalgo, se sincera sobre lo que supone esta derrota para el equipo ejidense.

-¿Cuáles son sus sensaciones tras la derrota en Chapín y la situación en la que queda el Poli?

-Es complicado comentar algo ahora. Era una enfermedad larga que se veía venir, tardase un poquito más o menos. Pero sí que existía, por parte de muchas personas que queremos y amamos al Poli, esa ilusión en mente de poder lograr arreglarlo, aunque sabíamos que era bastante difícil.

-¿Esto significa que hay que empezar a asumir el descenso a la Segunda División B?

-Lo demás sería un milagro. Ojalá existan en el mundo del fútbol también, pero milagros tan grandes serían difíciles de consumar y tendrían que darse muchas cosas. Matemáticamente no existe nada, pero no existe nada más que a base de minutos o de partidos. Nosotros empezaremos a jugar ante el Albacete aquí y, pase lo que pase en ese partido, lo normal es que cuando acabe, estemos descendidos. Aquí no se pueden perder las oportunidades como las hemos perdido nosotros y los otros equipos no lo harán.

-Lo cierto es que, pese a todo, el Poli ha tenido este año muchísimas ocasiones de salvarse.

-Así es. Este año hemos tenido muchas oportunidades y las hemos dejado escapar. Los que hemos visto al Poli durante todo el año hemos visto como ha habido oportunidades de engancharnos muchísimas veces, unas veces más, otras menos, pero, lamentablemente, este equipo no ha sabido ganar dos partidos seguidos y, por eso, es la situación que hay.

-Y la última oportunidad se ha perdido en Jerez, ¿cómo vio a su equipo?

-Hombre, Yo iba con una ilusión tremenda a Jerez, porque vi a los jugadores motivados, con una ilusión tremenda y sabían que no nos quedaba otra oportunidad. Sabían que no había más oportunidades y me decepcioné totalmente, al igual que las personas que estuvieron animando al Poli. Todos los que estuvimos allí, que somos muchísimas personas que queremos y amamos al Poli Ejido, lo que vimos no fue la sensación de un equipo que se jugaba la vida y que quería ganar. Y, por desgracia, después de esto, poco hay ya que sufrir.

-Entonces, ¿qué le espera de ahora en adelante al Polideportivo Ejido?

-No nos queda otra cosa nada más que resignarnos, sacar conclusiones de lo que hay y ver el futuro. Lo que me preocupa es el futuro. El pasado y lo que estamos viviendo ahora en este momento me duele muchísimo, pero eso es una realidad que está ahí y lo que quiero ver es el futuro. Y para eso hay que reunir al Consejo de Administración, tomar decisiones y afrontar situaciones difíciles y complicadas porque se tienen que tomar decisiones bastante duras.

-¿Qué tipo de decisiones?

-Tenemos que ser autocríticos de dónde nos hemos equivocado. Yo asumo la responsabilidad totalmente, soy consciente de mis errores y de lo que ha pasado en el entorno y todos tenemos que arrimar ahora el hombro un poquito. Tenemos que centrarnos, tener las discusiones menos posibles, hablarnos a la cara y tratar de que el futuro inmediato del Poli sea el más idóneo para intentar lograr recuperar lo que nunca se tenía que haber perdido, porque la verdad es que ha sido una desilusión bastante grande después de todo.

-Y en medio de todo esto, hay que jugar los dos partidos que quedan por disputarse. ¿Qué espera que pase en Santo Domingo ante el Albacete?

-En cuanto a los seguidores, siempre he dicho que respeto a la afición y sé que estará viendo al Poli igual que estaremos todos los que queremos lo mejor. A jugadores y técnicos, les pediría profesionalidad para ver si podemos despedirnos ante la afición, al menos, con una victoria ante el Albacete en Santo Domingo.