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Un emotivo guiño al pasado

  • Canjáyar homenajea cada año a quienes en su día fueron coronadas reinas o damas, un precioso acto

La coronación de reinas es sin duda uno de los momentos más importantes de las fiestas: ilusión, nervios, una emotiva gala, trajes, peinados... Todo esta preparado y controlado hasta el más mínimo detalle. Pero en Canjáyar esta ceremonia es un poco más especial. Además de coronar a quienes serán reina y damas en el presente, cada año el municipio homenajea en este acto a quienes ostentaron dichos puesto en los últimos años, devolviendo así protagonismo a muchas de las vecinas que habitan la localidad.

Este año el reconocimiento recaerá sobre quienes fueron coronadas entre 1982 y 1986. Éste es el caso de Pilar Forlines, quien en su día fue dama juvenil en el año 1985. "Recuerdo la ilusión de poder ser dama con los 14 años que entonces tenía. Ahora con 40 años se ve de otra forma distinta", afirma. "Tenía mucho nerviosismo porque se hacía un sorteo para ver quien era reina y damas, ya que antes nos apuntábamos y luego se sorteaba entre las que nos habíamos inscrito", añade la vecina de Canjáyar.

Forlines es consciente de la evolución que ha sufrido este acto conforme va pasando el tiempo. "Antes era más sencillo, ahora las jóvenes van más arregladas y más preparadas. Hubo una época que no existía la distinción entre reina y damas, me gustaba que fuese así porque lo que representábamos y hoy se representa es a los jóvenes del pueblo", comenta. Ser reina o dama implica estar presente en los actos más representativos de las fiestas: misas, procesiones, carreras de cintas... Por ello es muy importante el compañerismo entre las coronadas. "Con 14 años representar a tu pueblo te llena de ilusión", sentencia Forlines.

Otra de las vecinas que será homenajeada es Mercedes Hernández, dama juvenil en 1983. "A esas edades todas estas cosas te hacen ilusión, ya que te lo pasas muy bien y es una oportunidad para vestirte de largo. Pensando en aquel momento me doy cuenta de lo que ha pasado el tiempo", apostilla Hernández.

"Recuerdo con mucho cariño los días previos y los preparativos, ya que luego se hace muy duro porque al tener que estar en los actos más importantes, tanto civiles como religiosos, eso hace que haya que acostarse tarde, levantarse temprano... Una termina muy cansada", recuerda la vecina de Canjáyar.

Al igual que Forlines, ella también ha visto la evolución en esta gala. "Hay más medios, antes eran más pequeñas las fiestas, han cambiado mucho. Yo fui dama hace 27 años, sólo 8 después de acabar la dictadura. Se nota que todo es más alegre que entonces y que se respiran aires más lúdicos", reconoce. "También ha cambiado el tema de las carrozas. Antes las hacíamos nosotras con los amigos. Si las comparas con las de ahora se nota que en nuestro caso había menos medios", añade Hernández.

Pasado el tiempo, Mercedes Hernández reconoce que uno se percata de que "en aquélla época en muchas ocasiones las familias tanto de la reina como de las damas hacían un importante esfuerzo para que todo quedase perfecto". "Pero, sin duda alguna, el mejor recuerdo que tengo es la ilusión, el sentirte protagonista en las fiestas del municipio y que te lo pasas muy bien a lo largo de estos días", finaliza.

Un año más, la plaza de la constitución se llenará de ilusión para ver como la reina y damas de las fiestas anteriores pasan el destino a sus sucesoras y al mismo tiempo se reconoce a quienes en su día ostentaron la representación de este bello municipio almeriense.

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