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La excelencia del campo 'brinda' con la exigencia del consumidor

  • La provincia almeriense aporta una amplia variedad de productos a la mesa con la que completan la dieta gastronómica de las tres 'S': sabrosa, saludable y sostenible

Aunque al amor se refería, Fernando de Rojas escribió una frase en su obra La Celestina que nada tiene de desperdicio en cualquier acción humana: "Jamás el esfuerzo desayuda a la fortuna". Extrapolada de la conquista sentimental a uno de los principales sectores económicos de la provincia almeriense, el agroalimentario, el reconocimiento de los productos de esta tierra no es fruto del azar, sino del trabajo diario de aquellos que labran las tierras, idean nuevos productos y distintas formas de presentarlos.

Oferta de calidad y variedad y ruptura de la estacionalidad en las producciones son avances que ha protagonizado en los últimos años el sector más dinámico de Almería.

La Fundación Cajamar editaba recientemente la publicación 'Especial tendencias y escenarios para la innovación agroalimentaria'. El documento se centra en tres claves que irrumpen con fuerza en el nuevo escenario de la internacionalización de la agroalimentación: la cooperación estratégica, la productividad ligada a la calidad en el trabajo y la aplicación de tecnologías que maximicen recursos y procesos en la actividad de las empresas; pero no dejaba escapar las nuevas tendencias de consumo a las que se adapta el campo. Así, el especial de Cajamar atiende al cambio vertiginoso de los hábitos de consumo, provocado por la aceleración del ritmo de vida y la disminución del tiempo disponible para actividades como la cesta de la compra, cocinar, etc. "En este mismo contexto, el consumidor es plenamente consciente de que son necesarios hábitos de vida sanos, y que la alimentación es un pilar importante para alcanzar este objetivo. El equilibrio se está planteando con el desarrollo de los alimentos de cuarta y quinta gama, cuyo consumo aumenta año tras año", cita el ejemplar de la rural almeriense. Caso de éxito, en este sentido, es la empresa de Pulpí Primaflor.

Una conclusión está clara: el consumidor quiere alimentarse con productos sabrosos, sanos, que apenas requieran elaboración y, mejor, que tengan un buen aspecto.

Almería produce gran variedad de productos de la tierra como para llenar un carro de la compra que satisfaga la dieta diaria de los ciudadanos, además de algún que otro caprichito.

Empezando por el desayuno, leche Pastora de Taberno con una tostada de aceite de oliva virgen extra de Castillo de Tarbernas u Oro del Desierto, por seleccionar algunas de las marcas más reconocidas. A media mañana, una fruta, así una naranja de Cítricos Andarax. Para continuar con el almuerzo, un menú cargado de diversidad: unos entremeses a base de jamón de Serón, queso de Monteagud, gamba roja de Garrucha y tomate raf de CASI o la I.G.P. La Cañada- Níjar o bien zumo de tomate de Biosabor o salmorejo de raf de La Gergaleña; un primer plato de pescado capturado en la provincia o criado en la misma, como la lubina o dorada de Carboneras o Aguadulce.

De segundo, un buen cordero de los Vélez, aderezado con pimientos asados u otros productos de quinta gama de la Gergaleña o Primaflor. El vino incondicional, así un tinto de Vega Enix o Viñalmanzora. Y de postre, por qué no un trozo de Turrón de Olula de Castro, un mantecado de Fondón, si es Navidad, o el helado Yoggissano, que se elabora en Viator.

Y es que la despensa puede llenarse en todas las épocas del año con productos almerienses. Para 'piscolabis' unas almendras de Gérgal, unas patatas Pasy o La venezolana con una cerveza Far West. Para rematar la faena, y ser fiel a la dieta mediterránea, en la cena una ensalada con productos agrícolas del campo o las preparadas de Primaflor.

Si esto no fuera suficiente, Almería puede presumir de algo más. Al margen de unos mercados de abastos con alimentos de calidad, la provincia posee una cadena de supermercados local, Super Eco.

Dejando a un lado la presentación del producto y sus características organolépticas hay que desatacar el gran avance del campo almeriense en el ámbito de la sostenibilidad y el compromiso con el medio ambiente y la salud. Y es que en los últimos seis años la revolución ha sido exponencial gracias al esfuerzo de los productores; por citar un ejemplo, en el sector de las frutas y hortalizas con la implantación de las técnicas de produccón integrada y, sobre todo, del control biológico con el fin de evitar el empleo de plaguicidas. Y aunque aún queda trabajo por hacer, como en el caso de la higiene rural, el empleo de energías renovables, nuevas tecnologías y una constante innovación ganan terreno; a la vez, la seguridad alimentaria y la calidad es una realidad en la producción almeriense sea cual sea la actividad.

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