El Cajasol, después de haber tenido la clasificación más asequible de todos los equipos que llegaron a cuartos de final, se deshizo también ayer del Alta Gestión Fuenlabrada con más facilidad de la prevista inicialmente, puesto que desde muy pronto los madrileños se fueron del partido entre faltas, pérdidas y protestas.

El plantel sevillano dominó el marcador durante el primer tiempo, en el que el Alta Gestión Fuenlabrada se cargó en exceso de personales en sus jugadores importantes y principales soportes de su equipo (dos para Ignacio Guigou, Alberto Jódar y Adrián Laso), lo que le costó una técnica a su entrenador, Sergio Jiménez, por protestar.

Mamadou Seydi por dentro y Julio Sosa y Luis Mayayo, por fuera, dieron en este primer periodo las primeras rentas serias para el Caja, que aumentaron hasta los catorce puntos con un triple de Arturo Fernández entrando en el último minuto antes del descanso (39-25) y con un Fuenla que se ahogaba por momentos y perdido entre las protestas de su técnico.

Los madrileños empezaron presionando en el tercer cuarto, pero el Cajasol sobrevivió con sus dos bases, Francisco Cárdenas y Arturo Fernández, a la vez sobre la cancha. No sólo no rebajaban su desventaja, sino que ésta se mantenía y, por momentos, aumentaba (50-34, m. 25).

El Fuenla seguía cargándose de personales y el partido se le iba. El Cajasol se iba por encima de la veintena (63-40, m. 28) y parecía amarrar el partido. El campeón madrileño continuaba protestando airadamente cualquier decisión arbitral que le perjudicara, por muy clara que fuese, y así los andaluces lo tuvieron mucho más fácil en su camino hacia las semifinales.

Para el último cuarto ya estaba todo decidido. Fueron diez minutos que sobraron pues el destino de ambos se había marcado ya en los treinta anteriores.