-¿Qué tal su experiencia esta temporada en Bélgica?

-Muy positiva, sobre todo porque el Anderlecht llevaba ya tres años sin ganar un título y había muchas ganas. Es un privilegio que este haya sido mi primer año aquí y el equipo gane la liga. Ha sido un año muy duro, de mucho esfuerzo, pero por suerte ha tenido su recompensa.

-Un título más para su palmarés y con la curiosidad de haber sido el primer internacional español en lograrlo en la historia de la máxima categoría belga...

-Eso me hace sentir mucho más orgulloso aún. Es muy bonito haber sido el primero y por eso es una alegría por partida doble. Un gran recuerdo, sin duda.

-Menos con el Genoa (Italia), ha ganado títulos con el Sevilla, Sporting de Portugal y ahora con el Anderlecht. Donde va triunfa...

-Sí, la verdad es que es un privilegio y una suerte que las cosas salgan bien allí donde vayas. Los que nos dedicamos a esto siempre queremos hacer historia con cada club en el que estamos y estoy muy feliz de haberlo logrado en etapas anteriores y ahora en Anderlecht.

-Y por fin una liga...

-Sí, es un título que se me había resistido con otros equipos y el haberlo logrado aquí es algo nuevo para mi. Es el premio al trabajo de todo un curso entero, a la regularidad, es un título de mucha grandeza y aquí se ha celebrado por todo lo alto. Sin quitar mérito a otros, como la Copa, la liga es un trofeo más prestigioso.

-Lleva ya seis años lejos de casa, desde que decidió probar suerte fuera de España. ¿Tiene ganas de volver?

-Me lo he replanteado mucho, sobre todo últimamente. No descarto volver a jugar en la liga española, aunque también me gustaría seguir disfrutando de las competiciones europeas. La verdad es que cada vez es una idea que va tomando más fuerza, la de volver a España.

-¿Qué es lo que más echa de menos?

-Sin duda alguna la familia y mi gente. Además, aunque haya estado genial en los sitios donde he estado, como en España no se vive en ningún sitio. Nuestro clima y nuestra gastronomía es envidiable. La calidad de vida que se puede tener en España es difícil encontrarla en otro sitio.

-Ahora está de vacaciones, aprovechando para estar en casa, con su familia. ¿Cómo le sigue recibiendo su pueblo?

-Ahora mismo estoy en Sevilla, que tenía algunos compromisos, pero cuando llegué a mi pueblo me recibió la gente como siempre, genial. Se celebró este título. El mayor premio que puedo tener es que se sientan orgullosos de mis logros. Siempre he sentido el cariño de ellos y para mí es un orgullo llevar el nombre de Albox y de Almería allá donde vaya.

-¿Le gustaría acabar jugando en el equipo de su tierra, en la UD Almería?

-Sin duda alguna. Es una de las cosas que me falta en mi trayectoria como jugador, haber defendido la camiseta y el escudo del equipo de mi tierra. Es cierto que más bien lo veo como algo a largo plazo, pero me encantaría.

-Sigue demostrando que aún le queda mucha mecha en el mundo del balompié, ¿Cómo se encuentra física y mentalmente?

-Me encuentro en un gran momento. En plena madurez futbolística. Tengo muchísimas ganas de seguir dando guerra, de seguir aprendiendo y progresando. Cuando uno tiene claro eso y tiene hambre, sigue adelante. Me queda mucho que dar todavía sobre un terreno de juego.

-¿Qué sueño le gustaría cumplir?

-Por suerte he podido cumplir ya muchos en este deporte. Me gustaría seguir celebrando títulos, porque ver la alegría de tanta gente es algo precioso.