Las cosas siempre le pueden ir a peor al Almería y los dos partidos que tiene por delante son para temblar. La tremenda irregularidad del equipo, con un partido medio en condiciones seguido de varios malos o muy malos, le han llevado a situarse nuevamente en zona de descenso a Segunda División B, con una sensaciones francamente preocupantes en los partidos foráneos, más allá de un empate con buena dosis de fortuna en Valladolid o la derrota por la mínima ante un Sevilla con varios juveniles.

El enésimo desastres ocurrido en Soria vuelve a poner mosca a un afición, que se está empezando a hartar de excusas y engañabobos. A diferencia de la temporada pasada, donde había varios equipos condenados desde el principio al descenso, como Athletic Club B o Llagostera, en esta ocasión los de abajo parecen más espabilados y los rojiblancos están tentando demasiado a la suerte. Alfonso García sigue pidiendo calma, paciencia, pero no hay nadie que sea capaz de achicar el agua que inunda el barco, más allá de alguna bomba automática que sólo funciona en determinados partidos en el Mediterráneo.

Desde el pozo de la tabla y tras volver a las andadas en Soria, por más que el resultado fuera 1-0 y se vendiera una mejoría inexistente en la segunda parte, el Almería tiene ahora dos encuentros cruciales para no desmontar el chiringuito antes de año nuevo, como ha ocurrido otras veces. Arconada, Hugo Sánchez o Joan Carrillo la temporada pasada, también estaban en la cuerda floja en estas cruciales jornadas prenavideñas y ninguno de ellos se comió los mantecados en Almería. Con Soriano, Alfonso García es mucho más condescendiente, aunque los argumentos pueden acabarse si se falla ante Mallorca y Mirandés y se despide el 2016 como colistas de Segunda.

Dos encuentros ante rivales directos, los que al Almería se le dan tan sumamente mal. Su juego cansino y plomizo es totalmente ineficaz para abrir las defensas que se encierran, justo lo que harán ambos equipos, en busca de contragolpes y sacar provecho del balón parado. Vamos, lo que se sabía que iba a hacer el Numancia y le funcionó a las mil maravillas. El encuentro en la mañana del próximo domingo ante los bermellones pondrá las cartas sobre la mesa, puesto que una victoria daría cierta tranquilidad para visitar Miranda de Ebro, pero una derrota... mejor ni pensarlo.

Para mayor desconsuelo, Joaquín no estará disponible el próximo fin de semana. El baluarte del centro de la defensa fallará en esta cita clave y su puesto será ocupado por un Trujillo que no sigue fino. Igualmente, habrá que estar atentos a los varios futbolistas que hay tocados.