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Un pasillo con mucho morbo

  • El Real Madrid, en medio de su propia fiesta, recibe a un Barcelona deshauciado, que buscará ganar para conseguir la segunda plaza que le clasifique directamente para jugar la Liga de Campeones

El clásico del fútbol español protagonizado por Real Madrid y Barcelona, dos eternos enemigos deportivos, llega a un estadio Santiago Bernabéu de fiesta, que disfrutará del morbo del pasillo que tendrá que hacer al campeón de la Liga un rival que desea cerrar cuanto antes un año para olvidar.

Hace 20 años, el 1 de mayo de 1988, se produjo el último pasillo del Barcelona al Real Madrid. Aquel día, cosas del fútbol, Bernd Schuster vestía de azulgrana y contaba los días para fichar por el equipo blanco. Ahora lo vivirá desde el banquillo del Bernabéu, saboreando su primer título como técnico.

El primer clásico del 2008 no tendrá el sabor habitual. La máxima rivalidad está asegurada, pero nada más que la historia y el prestigio estarán en juego entre un Real Madrid recién proclamado campeón y un Barcelona que sólo aspira al segundo puesto para evitar la fase previa de Liga de Campeones. Llega el Real Madrid a la cita con más ganas de fiesta, saboreando aún su triunfo heroico en el Reyno de Navarra y su baño de masas en La Cibeles. Es el turno de celebrarlo en el Bernabéu.

Bernd Schuster llega con su línea defensiva tocada por las bajas de Fabio Cannavaro y Gabriel Heinze, por sanción. Además, la lucha por el Zamora de Iker Casillas, puede provocar que el portero internacional no juegue más esta temporada y Jerzey Dudek debute en Liga.

La alineación de Schuster anda pendiente de la recuperación de Guti. Ya no hay que forzar, con la Liga ganada, pero el segundo capitán no quiere perderse la fiesta y apura sus opciones para jugar recién recuperado de un esguince de rodilla. Si no llega a tiempo, su lugar lo ocupará, como en Pamplona, Mahamadou Diarra.

En la delantera tras el premio a Saviola en el último encuentro, por su buen día ante el Athletic, todo indica que le llegará el turno a su compatriota argentino Gonzalo Higuaín, el héroe en Pamplona con el gol que volteó el marcador en los instantes finales.

Para el Barcelona, el clásico de hoy se presenta en medio de un clima enrarecido. Persistentes rumores sobre la inminente llegada de Pep Guardiola, la afrenta de tener que hacerle el pasillo al Real Madrid en el Bernabeu y la obligación de ganar para tener opciones de finalizar en la segunda posición liguera y eludir la previa de la Liga de Campeones.

Tras la eliminación en Old Trafford, los hechos se han precipitado a velocidad de vértigo en el Camp Nou. La marcha de Rijkaard es un hecho y la llegada de Guardiola una realidad que sólo precisa oficialidad. Además, las listas de altas y bajas publicadas suponen un problema añadido para una plantilla que ha vivido un segundo año sin un título que llevarse.

A todo ello, hay que sumar la polémica por las amarillas que vieron Samuel Eto'o y Deco ante el Valencia.

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