Automovilismo

Un reto de altura

  • Fernando Alonso, cuarto español que corre en el óvalo, aspira a ser el sexto campeón del mundo de F-1 que gana las 500 Millas de Indianápolis.

Fernando Alonso,  apoyado en el famoso muro de Indianápolis.

Fernando Alonso, apoyado en el famoso muro de Indianápolis. / D.J

NO busquen el habitual semáforo rojo porque no existe. La salida en Indianápolis es lanzada y comienza con ésta clásica frase: ‘Gentlemen, start your engines’, o lo que es lo mismo ‘¡¡Caballeros, enciendan sus motores ¡¡’.

El estruendo de los miles de caballos atronan en el aire. Luego, los 33 coches clasificados, a velocidad reducida (150 km/h.), efectúan una vuelta a la pista detrás del pace car, tras la cual se inicia la prueba que se desarrolla durante 200 vueltas.

En Indianápolis circula un dicho que ya es tradición: ‘A las 500 millas llegan dos clases de pilotos, los que han probado el muro y los que aún tienen que probarlo’. Pocos son los que aun no lo han ‘besado’.Cuando se produce un accidente, algo bastante frecuente, se encienden los semáforos amarillos que obligan a los pilotos a reducir la marcha y a no efectuar adelantamientos. Repito: no busquen los semáforos rojos.En 1909, Carl Grahan Fisher funda la Indianapolis Motor Speedway Corporation y convence a sus socio en la compañía de productos de iluminación que ambos poseen y a un par de empresarios (antes no existía la palabra emprendedores) de Indianápolis para la construcción y gestión de un autódromo destinado a las carreras de automóviles y las pruebas de nuevos vehículos.

Se construyó una pista de carreras de 4.023 metros, con cuatro curvas con una inclinación de nueve grados y que esencialmente es tal y como la conocemos hoy en día.

El 19 de agosto de 1909 las obras se dan por terminadas y de inmediato se celebran las primeras carreras de automóviles. En un principio, el firme de la pista estaba formado por una mezcla de tierra batida, piedra picada y alquitrán. Pero ya en la jornada de inauguración se comprobó lo inapropiado del firme elegido y en un tiempo récord de 63 días se cubría todo el trazado con 3.250.000 ladrillos unidos con cemento.Entre ellos se escondía en la linea de meta un ladrillo de oro macizo que se entregaba al ganador. Actualmente, este ladrillo se encuentra en el Museo del circuito y sólo con ocasión de las 500 Millas se coloca bajo el asfalto del autódromo.

En 1939, la pista es asfaltada y sólo la recta principal permanecía adoquinada hasta que en 1961 se asfalta por completo excepto la línea de meta, que aún permanece con los ladrillos originales.El 30 de mayo de 1911 -fecha de la fiesta nacional Memorial Day- se celebra la primera edición de las 500 Millas de Indianápolis. La convocatoria de esta cita inaugural exige a los participantes como únicas limitaciones un peso mínimo de 2.300 libras y una cilindrada máxima de 9.832 c.c. A la llamada acuden 46 vehículos obligados a pasar una única prueba de clasificación: mantener una velocidad de 75 millas/hora durante un cuarto de milla.

Cuarenta coches superan la prueba y forman una parrilla de salida dispuesta en líneas de cinco coches, donde se alinean los participantes según el orden de inscripción.

El primer ganador fue el norteamericano Ray Harroun a bordo de un vehículo de construcción propia sobre la base de un chasis y motor Marmon de 6 cilindros y 7.816 c.c. a una media de 120 kms/h. y con neumáticos Firestone. Tardó 6 horas, 42 minutos y 6 segundos. Había salido desde la posición 28.Harroun es el único participante que no lleva copiloto a bordo y para suplir una de las funciones básicas del copiloto en esa época -informar al piloto de lo que pasa por detrás-, instala en su coche el que debe ser… ¡El primer espejo retrovisor de la historia!

El vencedor recogía su trofeo y sus 14.000 dólares (para la tradicional botella de leche tendremos que esperar a 1933), y sin pensárselo dos veces, anunciaba su inmediata retirada de la competición. Ganó, cobró y a casita.

El segundo clasificado -y que cruzó la meta primero-, Ralph Mulford, interpuso una reclamación por un tema de un reventón de un neumático y la toma de tiempos, pero fue desestimada por los comisarios. Lo de Michelin, Pirelli y Bridgestone en la Formula 1 actual no es nada nuevo.

Los fabricantes europeos ya estuvieron presentes en las primeras ediciones, pues en 1911 un Fiat y un Mercedes lograban la tercera y cuarta plaza respectivamente.

En 1913, el francés Jules Goux con un Peugeot lograba la victoria en una carrera en la que, cada vez que paraba en boxes, se bebía una copa de champán. Fue el primer europeo en conseguirla.

En 1914, los pilotos europeos coparon las cuatro primeras posiciones y ganó René Thomas con un Delage. El estallido de la Primera Guerra Mundial frenó la llegada de más pilotos europeos. Y la entrada de Estados Unidos en la guerra anula las ediciones de 1917 y 1918, utilizándose la pista como aeropuerto militar.Lo mismo pasaría años más tarde (1942-1945) con la Segunda Guerra Mundial.

En 1945 la pista está en un estado lamentable: la yerba crece por doquier y las tribunas están medio destruidas, pero el propietario del circuito, Eddie Rieckenbaker (héroe de la aviación en la Primera Guerra Mundial) no quiere saber nada del tema de una posible reconstrucción.

El tres veces ganador de Indianápolis, Wilbur Shaw (1937-1939-1940) estaba determinado a recuperar el circuito y la prueba, pero no tenía dinero. Fue un hombre de negocios de Indiana, Tony Hulman, quien aceptó la idea del antiguo campeón. Se convirtió en el nuevo propietario del circuito logrando, tras rápidos arreglos, que se celebraran las 500 Millas en 1946.

¿Y los europeos, volvieron tras la Guerra? Pues en 1946 se dejaron ver Villoresi, Varzi y Carraciola.Entre 1950 y 1959, las 500 Millas fueron valederas y puntuables para el Campeonato del Mundo de Fórmula 1, pero los pilotos europeos ni iban ni se les esperaban por Indianápolis. Fangio desestimó la invitación a correr.

En 1952, Alberto Ascari, con un Ferrari 4500 de 12 cilindros, se vio obligado a abandonar por rotura del cubo de la rueda trasera derecha. En 1956 y 1957 lo intenta Farina, pero no logra ni siquiera clasificarse para la carrera.

En 1961, el campeón de F-1 Jack Brabham aparecía por Indianápolis con un pequeño Cooper de 2.700 c.c. El coche, compacto y poco potente, hizo que algunos yankees soltaran alguna sonrisa maliciosa. La solución, novedosa, del motor trasero no les convenció. Lo siguió intentando los años 1964, 1969 y 1970, pero su mejor clasificación fue una 9ª posición.

En 1963, Jim Clark (Lotus Ford V8 de 375 cv) debutaba con un segundo puesto y en 1966 ganaría con otro Lotus de 500 cv, a un promedio de 243,635 kms/h.

Al año siguiente, otro europeo, Graham Hill (padre de Damon Hill) con un Lola 90 ganó por delante de Jim Clark. El año 1964 sería la última victoria de un motor delantero.Jacky Stewart (1966-1967), Jochen Rindt (1967-1968), Nelson Piquet (1993) y Nigel Mansell (1993) fueron otros campeones de Fórmula 1 que intentaron, sin conseguirlo, la victoria en Indianápolis.

¿Y los españoles? Fernando Alonso será el cuarto.

El primero fue un tal Pierre o Pedro de Vizcaya. Aunque nació en Jaegerhof (Alemania) es hijo del barón Agustín de Vizcaya, natural de Bilbao y que trabajaba en Alemania (director del Darmtadt Bank) y gran aficionado al automovilismo. Fue en 1923 (Bugatti Type 30). En los entrenos fue sexto y a falta de 34 vueltas para las 200 reglamentarias, y cuando esta en quinta posición, tiene que abandonar por la rotura de un anclaje de la suspensión. En la clasificación final aparece, de todos modos, en el puesto nº 12. ¡Todo un personaje!

El segundo fue el recordado Fermín Velez (murió en 2003 por un cáncer). Debutó en 1996 (Lola Cosworth) y se clasificó en el puesto 21. Al año siguiente (con Dallara Oldsmobile) fue décimo.El tercero, y también correrá este año, es Oriol Serviá. Debutó en 2002 con abandono (único hasta la actualidad). Desde 2008 no ha faltado a la cita de las 500 Millas. Su mejor resultado fue un cuarto puesto en 2012 con un Dallara Chevrolet.

Jim Clark (1965), Graham Hill (1966), Mario Andretti (1969), Emerson Fittipaldi (1989 y 1993, con ¡¡43 años!!) y Jacques Villeneuve (1995) son los únicos campeones de Fórmula 1 que han conseguido ganar la 500 Millas de Indianápolis. ¿Será Fernando Alonso el próximo?

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