La noticia sorprendió por saltar un miércoles previo a dos partidos en los que el Almería se juega buena parte de su crédito, aunque por todos era conocido que Dubarbier quería salir del club a cualquier precio y éste no iba a impedírselo. No es un buen negocio la rescisión sin más de un capitán, que deja cojo el lateral zurdo, aunque la entidad de Alfonso García suele ser comprensiva con este tipo de asunto y ayuda en la medida de sus posibilidades a los profesionales.

Ya desde agosto, Dubarbier llevaba tratando de forzar su salida. Por motivos familiares, uno de los capitanes de la Unión Deportiva Almería quería volver a su país varios años después de llegar a la Liga Española. Para no desprenderse de uno de los pesos pesados del vestuario, y también porque no había otro lateral zurdo puro, puesto que Nano llegaría después, el club le convenció para que siguiera por lo menos hasta Navidad y luego volverían a estudiar la situación. Sin embargo, la sucesión de lesiones de Duba, que se iniciaron en el primer partido liguero ante el Cádiz, aceleraron la salida. El jugador no estaba anímicamente fuerte y recaía constantemente de sus lesiones. A tan sólo dos semanas de que se abra el mercado invernal, la secretaría técnica rescinde su contrato, por lo que el Almería no percibirá nada a cambio, pero se ahorra la ficha del argentino.

Después de que sus agentes estuvieran a principios de esta semana en la sede del club, el miércoles se hacía oficial la marcha del jugador, que se despedía de sus compañeros y, posteriormente, de los aficionados a través de los medios de comunicación. "Quiero agradecer al club el trato que siempre he recibido durante estos años, y a la afición el cariño que en todo momento me ha dado a pesar de que hemos pasado por situaciones complicadas, pero siempre ha estado ahí, lo que es digno de elogiar. A mis compañeros les deseo lo mejor", aseguraba el argentino, que en principio verá el encuentro de este domingo ante el Mallorca y luego se irá.

Pese a haber sido un jugador que no terminaba de contar con el cariño del público, sobre todo por lo que le costó adaptarse a la posición de lateral tras ser extremo, Dubarbier siempre ha mostrado compromiso con el Almería y en Córdoba el pasado año fue uno de los más alegres en la fiesta de la salvación. "Tengo una mezcla de sensaciones, sentimientos encontrados. He estado muy a gusto en el club y en la ciudad; han sido muchos años, dejo muchos amigos, aunque me marcho también con la satisfacción de haberlo dado todo por estos colores que siempre llevaré conmigo", indicaba el argentino a la radio oficial del club, donde destacaba las dos permanencias, una en Primera y la otra en Segunda, como los mejores momentos desde su fichaje: "Ha habido buenos y malos momentos, pero me quedo con todos. Obviamente he vivido situaciones muy lindas como la temporada de la permanencia en Primera División, algo que fue realmente espectacular, pero también lo fue el año pasado cuando nos salvamos en Segunda División. La campaña resultó negativa aunque tal y como se pusieron las cosas, lograr la salvación fue como salir campeón".

Tras jugar en el Heliodoro Rodríguez López, El Arcángel y el Estadio de los Juegos Mediterráneos en España (también lo hizo en el Cluj rumano y el Lorient francés en su periplo por Europa) vuelve a Argentina, donde se formó como futbolista jugando el Gimnasia y Esgrima La Plata, asó como en Olimpo de Bahía Blanca. El zurdo quiere solucionar sus problemas familiares y seguir jugando al fútbol, puesto que a sus 30 años, todavía tiene varias temporadas buenas por delante. Desde el otro lado del océano, Duba seguirá "al equipo en todo momento, estaré pendiente de sus partidos y espero y deseo que logre los objetivos. Desde luego yo estoy convencido de ello". Otro buen futbolista, que no ha terminado de cuajar, se marcha.