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La salvación ya está en el bolsillo

  • De forma virtual Un tempranero gol de Soriano en el primer minuto y otro obra de Melo de cabeza colocan al Almería con 42 puntos Racha rota Los rojiblancos derrotan a su 'bestia negra' y cortan un ciclo de cinco partidos sin lograr el triunfo

Los caminos del fútbol resultan tan inescrutables que a veces no se sabe si un gol tempranero beneficia o perjudica al equipo que lo logra. Ayer el Almería marcó nada más pisar el césped y luego estuvo 20 minutos pensando en la primavera, pero el Levante no supo aprovechar sus ocasiones.

Apenas se habían ubicado los seguidores en las gradas para presenciar el cacareado lleno que no fue tal (faltaron 800 para cubrir el aforo) cuando los rojiblancos se vieron por delante en el marcador merced a un centro por la izquierda de Crusat sin peligro aparente que Kujovic se encargó de transformar en un remate a placer para Soriano por culpa de una desastrosa salida. Muchos pensaron entonces en el acierto de apostar por Diego Alves en lugar del serbio, que estuvo a punto de recalar por estos lares.

Suele ocurrir que cuando un equipo se ve tan pronto por delante se le caen todos los esquemas previos y al Almería, en cierto modo, le sucedió. A esa salida eufórica inicial le siguió un periodo de dominio visitante en el que los granotas a punto estuvieron de igualar el choque de no ser por su falta de acierto. Casi de forma consecutiva, Diego Alves metió la manopla en una falta de Pedro León que llevaba veneno, Riga tiró excesivamente cruzado tras beneficiarse de un tropiezo de Pulido y el meta brasileño le sacó a Juanma un disparo a bocajarro dentro del área pequeña.

Con el susto en el cuerpo, el Almería reaccionó cimentando su juego en las buenas incorporaciones de Soriano desde la línea de medios, las peligrosas incursiones del incombustible Bruno por el carril diestro y la desesperante briega de Negredo con la zaga azulgrana, particularmente con el Armando, un armario empotrado al que llevó por el camino de la amargura.

En ese momento el 2-0 ya se palpaba como algo más natural que el empate y no tardó en llegar. Soriano dio el aviso con un cabezazo a centro de Melo que se marchó fuera por poco y a falta de diez minutos para el descanso era el brasileño quien ampliaba la ventaja en el marcador como casi siempre: a balón parado.

Mané la templó al segundo palo donde Melo (incomprensiblemente libre de marca) sólo tuvo que girar la cabeza para mandar el balón al fondo de la red repitiendo con gesto de autómata los mismos movimientos que en las dianas logradas en los campos de San Mamés y Nueva Condomina de la misma factura. Emery suministraba otra dosis de estrategia.

La segunda mitad, con los deberes casi hechos, resultó menos atractiva. El Levante, con más amor propio que urgencias clasificatorias (el colista da por hecho su descenso desde hace bastantes jornadas) volvió a acosar el área rojiblanca ante un Almería conformista y reservón que atacó con menos ahínco.

Juanma y Geijo llevaron la voz cantante en las ocasiones de los valencianos. El interior extremeño puso en apuros a Diego Alves con sendos disparos ajustados a la base del poste, pero fue Geijo quien estuvo más cerca de acortar distancias. Agua. Volvió a toparse con el reluciente internacional brasileño, que sacó con el pecho en una salida a la desesperada al estilo de los porteros de fútbol sala el disparo del hispano-suizo.

Cuando el partido parecía abocado a un final establecido, el tiempo de descuento cobró un interés inusitado. Con Kalu Uche sobre el campo y la fortuna que suele acompañarlo en las últimas jornadas, el nigeriano dispuso de una clarísima ocasión para sentenciar el duelo haciendo el 3-0, pero se entretuvo inexplicablemente delante de Kujovic teniéndolo todo a su favor y desperdició la intentona.

Acto seguido el canterano Iborra le recordó al estadio que hacía un rato había saltado al terreno de juego. Recibió un balón al borde del área, se acomodó para su perfil bueno y soltó un torpedo que hizo inútiles los habituales reflejos de Diego Alves. El 2-1 puso la congoja en el graderío, pero el Levante no supo sacarle partido al último cartucho del que dispuso en forma de falta.

El Almería supera así a su bestia negra de la presente campaña y alcanza de paso la mágica cifra de 42 puntos, que a falta de ocho jornadas para el final de la competición le otorga la salvación de forma virtual. Eso sí, Unai Emery sigue sin tener claro su futuro.

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