Economía

"Amo Granada, aunque a veces me desespera"

  • El abogado granadino Jerónimo Páez aboga por proyectos realesy bien diseñados para la ciudad

Jerónimo Páez.

Jerónimo Páez. / pedro hidalgo

El hombre que en breve irrumpirá en esta crónica tiene dos cosas bastante claras: que en Granada hacen falta proyectos reales y bien diseñados, y que hay que huir de las inútiles polémicas y de los fuegos artificiales con los que a veces nos quedamos embobados y que impiden que sigamos avanzando.

Había ayer en el hotel Abades cierta expectación por oír a Jerónimo Páez porque, a pesar de su experiencia y sus conocimientos, no es de los hombres que se prodigue en escenarios o en foros. Páez intervino en el desayuno informativo, que organiza el Grupo Joly y patrocina Banco de Santander, en calidad de presentador del conferenciante, que era Luis Osuna, presidente de Covirán. Para empezar dijo que había aceptado esa tarea porque en primer lugar se lo había pedido su gran amigo José Joly y, en segundo lugar, porque con el conferenciante tenía una relación que se remontaba a cuando los padres de ambos trabajaban juntos. "Mi padre era el asesor de Francisco Osuna Ruiz-Cabello. Y su esposa, Mercedes Hervás, unas de las mujeres más inteligentes que conozco, cada Navidad me envía un pequeño presente con el que recuerda nuestra amistad", dijo Páez, quien también recordó que Luis Osuna había trabajado con él en Sierra Nevada. "Así que no podía negarme", concluyó.

Páez dijo que, a pesar de todos los pesares, ama a Granada, "aunque a veces me desespera". Dijo que aquí se vive con "cierta sensación de frustración" porque Granada no se siente bien tratada ni por la Junta de Andalucía ni por el Gobierno central. Aunque ahora, dijo, hay ciertos indicios -las movilizaciones por la sanidad y las comunicaciones- de que estamos despertando de un sueño que ha permitido a otras provincias ir por delante de nosotros. Se refirió al "trauma que sentimos los granadinos cuando nos comparan con Málaga, que no solo nos ha superado en infraestructura, economía o turismo, sino que ahora también lo ha hecho en cultura". Pero no culpó de eso a nadie sino a los propios granadinos. Su mensaje más claro fue afirmar que "Granada debe decidir cuáles son sus prioridades y a partir de ahí diseñar la ciudad y elegir la locomotora que nos ha de llevar al futuro". Afirmó que había que diseñar, por ejemplo, cómo debía de crecer la ciudad o cómo debían ser las relaciones de Granada con su área metropolitana o con Motril, nuestra salida al exterior por el mar. "Pero no solo hace falta buena voluntad o que la gente salga a la calle para reivindicar algo, hay que elaborar proyectos reales que nos saquen del estancamiento en el que vive la ciudad". Habló de cuando se hizo el proyecto de Sierra Nevada con el Mundial de Esquí, "donde hicimos un buen trabajo gracias a la Junta de Andalucía y a pesar de la Junta de Andalucía". Se refirió al miedo que pasó con el proyecto y de la satisfacción posterior cuando Sierra Nevada se convirtió en una de las mejores estaciones de Europa.

Puso a Covirán como ejemplo de esa dinamización económica que toda ciudad desea. "Sé -dijo refiriéndose a Luis Osuna- el toro tan difícil que tenéis que torear con esos mastodontes de la alimentación con los que tenéis que competir, pero el vuestro sin duda es un ejemplo a seguir", apostilló.

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