Economía

Asaja y UPA se desmarcan de la Plataforma del Algodón

  • Los agricultores exigen que puedan cobrar sin tener que sembrar el cultivo

Divide et vinces, dijo Julio César hace más de 2.000 años, y los hechos siguen dándole la razón. El algodón andaluz se enfrenta a su desaparición de la peor forma posible. Dos facciones guerrean por su cuenta contra las disposiciones de la Comisión Europea, que con tenacidad numantina, presentó a finales del año pasado una reforma similar a la que tumbó en 2006 la justicia comunitaria por meras formalidades.

La propuesta contempla que el 35 por ciento de las ayudas esté ligado a la producción, mientras que el 65 por ciento restante se otorgue a la explotación, independientemente de que se siembre o no. Por ello, los algodoneros que quieran cobrar la ayuda completa tendrán que sembrar. Y no sólo eso, sino que la reforma introduce la obligatoriedad de cosechar, algo que no ocurría en la primera propuesta.

A un lado del ring, se encuentra la Plataforma en Defensa del Algodón, formada por COAG, las asociaciones de desmotadoras AEDA y Adesur, la federación de cooperativas agrarias Faeca, los sindicatos UGT y CCOO, la asociación de empresas distribuidoras de fitosanitarios Aprove y el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Andalucía Occidental.

La Plataforma, que hoy cruzará su Rubicón con un acto público al que asistirá el consejero de Agricultura, Isaías Pérez Saldaña, exige que el porcentaje de ayuda desacoplada sea "lo más bajo posible para evitar el desmantelamiento del sector algodonero", según reza su manifiesto.

La propuesta de Bruselas no estipula ayuda alguna a la reconversión industrial, como sí contempla la reforma de la remolacha. Por ello, la Plataforma aboga por exigir el pago acoplado para mantener el empleo de las desmotadoras y el sector auxiliar.

Al otro lado del cuadrilátero, se sitúan las organizaciones agrarias Asaja y UPA, que reivindican el desacople total para que el agricultor cobre toda la ayuda independientemente de que siembre o no algodón. "Si no se desacopla, Bruselas seguirá ahorrando dinero porque cada vez hay menos agricultores dispuestos a sembrar algodón", indicó el secretario regional de UPA, Agustín Rodríguez, que defiende que la Comisión incluya ayudas para la reconversión de las desmotadoras, las grandes damnificadas con esta postura. "Queremos una salida similar a la de la remolacha: que se queden unos pocos agricultores para los que sí les sea rentable el algodón; desacople total para que el resto se pueda dedicar a lo que más les convenga, y ayudas a la reconversión de la industria", manifestó Emilio Gutiérrez, técnico de Asaja.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios