Economía

El BCE mantiene los tipos de interés en el 4% por la permanencia de las elevadas tasas de inflación

  • Trichet advierte de fuertes presiones inflacionistas y afirma que "no hay tiempo para la complacencia".

El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido hoy finalmente optar por la prudencia y mantener los tipos de interés en el 4% pese a los recortes realizados por la Reserva Federal estadounidense en los últimos meses y teniendo en cuenta los elevados niveles de inflación en la zona euro.

El presidente del organismo, Jean Claude Trichet, ha reiterado hoy la existencia de fuertes presiones inflacionistas al alza a corto plazo, así como de riesgos al alza a medio plazo para la estabilidad de precios, mientras que ha apuntado una moderación de la actividad económica en la eurozona.

En la rueda de prensa posterior a la reunión del BCE, en la que el Consejo de Gobierno de la entidad decidió "por unanimidad" mantener los tipos de interés en el 4%, el banquero ha hecho hincapié en el carácter "primordial" de mantener la estabilidad de precios y lograr el anclaje de las expectativas de inflación como el mejor remedio para lograr un crecimiento económico sostenido.

El máximo responsable de la política monetaria de la zona euro ha destacado que la institución permanece constantemente alerta y lista para cumplir su mandato de garantizar la estabilidad de precios y evitar la materialización de efectos de segunda ronda.

"No hay tiempo para la complacencia", ha dicho Trichet, quien ha señalado que el mercado, a diferencia de las expectativas de finales de 2007, ahora asume que el actual periodo de turbulencias no será un problema de unos meses, sino que será un proceso a largo plazo, cuyos efectos sobre la economía real podrían ser "más amplios" de lo previsto.

La crisis del mercado del crédito provocada por el desplome del sector 'subprime' norteamericano ha hecho que, por el momento, la institución decida mantener el precio del dinero estable en espera de la evolución de los mercados financieros, y a pesar del incremento de la inflación y del empeoramiento de las previsiones de crecimiento de la eurozona desde varias instituciones, la última el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El IPC de marzo se situó en el 3,5%, el máximo de la historia y aunque el organismo esperaba un repunte de la inflación en los primeros meses del año, por el encarecimiento del crudo y los alimentos, el dato se sitúa 1,5 puntos por encima del objetivo oficial, del 2%.

Además de elevar el precio del dinero, el BCE ha mantenido en el 3% la facilidad de depósito, que marca la remuneración del dinero, así como la facilidad marginal de crédito, que establece el tipo al que presta dinero a los bancos europeos, y que queda situada en el 5%.

 El consenso de los analistas coincide en pronosticar un retraso en el momento en el que la institución se decidirá a bajar tipos, principalmente por la persistencia de niveles de inflación fuertes.

Según el experto del departamento de análisis de Caja Madrid, Juan Antonio Cabrera, el momento en el que el BCE comenzará a aplicar bajadas de tipos se está retrasando debido a las presiones inflacionistas y a que los datos macro de la eurozona "no están flojeando mucho" por el momento, lo que le da cierto margen de maniobra.

Cabrera prevé que el BCE comience a aplicar recortes sobre los tipos cuando se aprecie una senda continuada de retroceso de la inflación, y agrega que cuando el IPC pierda la barrera del 3%, el BCE se animará a cambiar la orientación de su política monetaria.

El analista de Caja Madrid sitúa este momento "no antes del verano", en torno a los meses de julio y agosto, aunque el panorama puede cambiar en función de la evolución del IPC y el resto de datos macro.

  La estrategia del BCE consiste en estos momentos en evitar que se sigan restringiendo las condiciones monetarias a través de inyecciones de liquidez a plazos más amplios. De hecho, la institución ha comenzado a realizar subastas de financiación a plazo de seis meses recientemente.

  El analista de Inversis Fernando Hernández coincide con Cabrera en descartar recorte de tipos a corto plazo, pero va más allá e incluso dice que, de producirse, tendrán lugar a finales de año o a principios de 2009.

  Hernández insiste en que la preocupación por la inflación será la consigna del BCE. Según las propias previsiones del banco, la inflación no se moderará a corto-medio plazo, por lo cual dejarán el precio del dinero estable. Por otro lado, el analista coincide con el experto de Caja Madrid en destacar que los datos macro están resistiendo por el momento. Además, las grandes economías de la eurozona, Francia y Alemania, no se han resentido por la crisis.

  Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) el crecimiento de la eurozona se resentirá como motivo de la desaceleración global, pero mucho menos que en el caso de EEUU, país para el que pronostica una "recesión suave".

  El organismo, que pronosticó ayer un crecimiento del 1,4% para la zona euro en 2008, lo que supone dos décimas menos que su estimación anterior, y del 1,2% en 2009, declaró que el BCE tendrá margen para bajar tipos en cuanto le de tregua la inflación.

La institución apunta a 2009 como el año en el que el organismo comenzará a aplicar recorte de tipos para dar aire al crecimiento económico de la eurozona.

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