Economía

El FMI dice que el "atraso" del mercado hipotecario en España amortiguará la crisis

  • El economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Simon Johnson dice que, en este momento, "la falta de un mercado hipotecario sofisticado suavizará el golpe" de la crisis en España

Ir a la zaga no siempre es malo, especialmente cuando se trata del mercado hipotecario, cuyo "atraso" relativo en España evitará una crisis de las proporciones de la estadounidense.

Un choque habrá, de eso no duda el organismo, que cree que los precios de la vivienda caerán en España en los próximos años en entre un 15 y un 20 por ciento en términos reales, es decir, descontada la inflación.

La bajada de la demanda obviamente paralizará muchas obras, según Johnson, pero los efectos de la ralentización del sector inmobiliario en el resto de la economía serán menores que en Estados Unidos, pues España no cuenta con los instrumentos hipotecarios "avanzados" que existen en el corazón financiero del mundo.

Esos productos facilitan el uso de la casa como colateral para obtener otros préstamos y permiten que el propietario se embolse parte de las plusvalías acumuladas sin tener que vender la vivienda.

Esas ventajas se traducen en un gran aumento de la demanda en períodos de auge inmobiliario, algo conocido como el "acelerador financiero" en la jerga de los economistas.

Pero cuando caen los precios, el frenazo del consumo es mayor, y el sector de la vivienda se torna un "desacelerador" que agrava la crisis, como atestigua Estados Unidos.

En España el consumo se verá afectado porque el mayor bien de los hogares, su casa, perderá valor, predijo Johnson, pero no en la medida constatada en Estados Unidos.

También se resentirá la inversión en la construcción, pese a que se mantuvo en el alto nivel del 9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a finales de año, según el Fondo.

Michael Mussa, un ex economista jefe del Fondo que actualmente trabaja en el Instituto de Economía Internacional, cree que la inversión reacciona con retraso a la desaceleración del sector por las características de las obras.

"En España se construyen muchos más edificios de apartamentos que en Estados Unidos, donde se hacen casas unifamiliares, por lo que los proyectos tardan más en completarse", dijo Mussa.

Ese experto opinó que la economía española sufrirá por el ahogo de los bienes raíces, pero no prevé que el país caiga en recesión.

Mientras, tanto en España como en Estados Unidos políticos y reguladores financieros buscan las lecciones de todo el embrollo.

El mercado inmobiliario español camina en la dirección del estadounidense, pero España no debería detener ese desarrollo, a juicio de Roberto Cardarelli, un experto del FMI en el tema.

"Eso sería un gran error, porque la innovación financiera es algo bueno", manifestó. "Sería como clausurar toda la industria de la aviación porque los primeros aviones se estrellaron", añadió.

Un reciente estudio del Fondo concluyó que en países con un sistema financiero más avanzado puede haber más volatilidad a corto plazo, pero a largo plazo se genera un mayor crecimiento económico.

Incluso el denostado sector "subprime" estadounidense, cuyos altos índices de morosidad iniciaron la crisis, tiene su lado positivo, pues ha ampliado el crédito a personas que en otros países no podrían haber comprado una casa.

"Que más gente pueda acceder a créditos hipotecarios es algo bueno en general, favorece a los pobres, pero tiene que hacerse con cuidado", dijo Johnson.

El problema es que la supervisión se quedó muy atrás de los adelantos en el mercado en Estados Unidos, según los expertos.

"Ciertamente será necesaria más regulación en esos segmentos, pero acabar con todo el modelo de titulización sería un grave error", opinó Cardarelli.

A lo que se refiere Cardarelli es al proceso por el cual los bancos agrupan las hipotecas en títulos y las venden en las bolsas, lo que se ha traducido en más fuentes de capital para el sector inmobiliario y unas condiciones mejores para los compradores.

También ha causado que los riesgos, que no se entendían muy bien, se extendieran como una mancha de aceite. El Fondo quiere que se valoren mejor, pero que la marcha de los mercados no se interrumpa, ni en Estados Unidos, ni en España.

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