Economía

Unicaja ultima su salida a Bolsa tras recibir el visto bueno de los accionistas

  • La entidad venderá 625 millones de acciones nuevas a inversores institucionales. El plazo y el precio final depende del mercado. Pagará al FROB la deuda por Ceiss

Un momento de la Junta General Ordinaria de Accionistas que celebró ayer Unicaja en Málaga.

Un momento de la Junta General Ordinaria de Accionistas que celebró ayer Unicaja en Málaga.

El consejo de administración de Unicaja Banco ya tiene vía libre para sacar a Bolsa a la entidad en el momento que considere más oportuno en función del interés de la demanda y del precio que pueda conseguir. La Junta General de Accionistas aprobó ayer por unanimidad la salida al parqué, culminando así un proceso formal que se inició hace un mes cuando el consejo de la entidad financiera aprobó esta opción y después de que el pasado viernes la Fundación Bancaria Unicaja, la propietaria del 86% del accionariado, también diese su conformidad. A partir de ahora es el consejo de administración de Unicaja Banco el que tiene la última palabra.

"Esta aprobación es un paso previo y necesario que aporta flexibilidad para formalizar la operación, si bien no implica ninguna decisión ni condicionante sobre el calendario de la operación", indicaron ayer desde Unicaja Banco a la Comisión Nacional del Mercado de Valores en un hecho relevante.

El proceso es el siguiente. Los accionistas ratificaron ayer que se van a emitir 625 millones de acciones nuevas con un valor nominal de un euro. El precio definitivo aún no está fijado, pero habrá una prima de emisión, es decir, los inversores no pagarán un euro por cada título sino una cantidad mayor que, en estos momentos, se desconoce porque dependerá de la demanda. El capital social de Unicaja es ahora de 922,8 millones de euros y tras la ampliación de capital se superarán los 1.500 millones. Con el dinero que se obtenga Unicaja Banco abonará al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) los 604 millones de euros de obligaciones convertibles contingentes (cocos) obtenidos para la integración del banco castellano leonés Ceiss y, además, le sobrará dinero para las actividades que estime oportunas. Con ese abono el banco andaluz salda su compromiso con el FROB, cierra uno de los episodios de reestructuración bancaria que España realizó en 2012 con fondos europeos y, de paso, se ahorra el pago de 60 millones de euros en concepto de intereses por estos cocos.

Pero antes del famoso toque de campana en la Bolsa madrileña queda una ardua tarea por realizar. En estos momentos, Unicaja recopila toda la documentación necesaria, hará rondas informales con posibles inversores -en enero ya publicó un amplio informe en la CNMV sobre sus principales ratios destacando su solvencia y liquidez- y esperará a que surja una buena oportunidad para cotizar.

No hay una fecha definida. Fuentes del sector explican que el interés por los bancos españoles entre los inversores extranjeros está creciendo porque los datos macroeconómicos españoles van bien, porque el sector inmobiliario empieza a remontar y, sobre todo, porque se estima que los tipos de interés subirán entre 2018 y 2020, lo que permitirá a los bancos cobrar más por los préstamos, elevar sus márgenes y ganar más dinero, con el consiguiente incremento del valor de sus acciones. El año pasado Unicaja Banco ya planeó su salida a Bolsa, pero no llegó a fructificar porque no se veía en el horizonte próximo que el Banco Central Europeo fuera a subir los tipos y, por tanto, la demanda era escasa o la existente era a precios inferiores al valor que realmente puede obtener el banco andaluz. Dicho de otra forma, no se iba a malvender y se decidió esperar tiempos mejores.

Las expectativas son ahora sustancialmente mejores. Las conversaciones existentes con los posibles inversores interesados son ahora informales pero pasarán a ser totalmente formales cuando Unicaja Banco lo vea claro y publique en la CNMV un documento llamado ITF, en el que se dice públicamente que el banco quiere salir a Bolsa en un plazo aproximado de un mes. Desde ese momento, en las dos primeras semanas son los bancos colocadores que colaboran con Unicaja los que hablarán con inversores interesados y en las dos últimas semanas son los directivos del propio banco andaluz los que se dirigirán a distintos puntos del planeta para explicarles qué es Unicaja, sus ratios e intentar convencerles de que inviertan.

Unicaja Banco no marca un precio de salida porque se puede quedar corto o pasarse de largo. Son los posibles compradores los que, en las reuniones oficiales que tengan, dirán cuánto están dispuestos a pagar por cada acción. Con toda la información recopilada se realiza lo que en el argot se denomina bookbuilding (construyendo el libro) y se decide un precio final.

Los inversores serán todos institucionales, es decir, no podrá comprar acciones cualquier particular sino solo grandes fondos, principalmente extranjeros. El día previo a la salida oficial a Bolsa, Unicaja venderá los 625 millones de acciones a un mismo precio a todos esos inversores, que pasarán a ser los propietarios del 40% del banco y que podrán hacer con los títulos lo que quieran cuando se abra el mercado. Ese será el momento en el que cualquier particular podrá ser accionista de Unicaja.

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