Economía

Zapatero apela al "patriotismo" económico frente a las críticas

  • El presidente acusa a los populares de "crear alarmismo y dañar las expectativas" de España · Promete mantener el crecimiento en el 3% la próxima legislatura y crear dos millones de empleos

José Luis Rodríguez Zapatero realizó ayer una encendida defensa de su gestión en política económica a dos meses exactos de las elecciones legislativas y tras las fuertes críticas recibidas en la última semana por el Partido Popular. Una inflación disparada hasta el 4,3 por ciento en 2007 y el aumento del paro hasta 2.130.000 personas en el año (un 5,2 por ciento más) han alimentado las calderas de la confrontación partidista.

El presidente del Gobierno, durante un desayuno organizado por Nueva Economía Fórum, respondió así a las invectivas del PP: "Crear alarmismo injustificado puede dañar las expectativas y es lo menos patriótico que conozco". Zapatero pidió así a la oposición "prudencia, sensatez y unas gotas de patriotismo" y aseguró que los empresarios, que le rodearon ayer durante su intervención, no comparten esa visión negativa de la situación económica.

El líder del Ejecutivo añadió que no cabe atribuir "ninguna de las tensiones actuales", como las turbulencias financieras o la subida de los precios del petróleo y las materias primas, a la gestión de su Gobierno. Y vaticinó que "hay sobradas razones" para esperar que el impacto de la crisis de las hipotecas de alto riesgo "sea limitado y poco duradero".

Con la vista puesta en los comicios del 9 de marzo, Zapatero confió en mantener durante la próxima legislatura un crecimiento económico del 3 por ciento anual "como mínimo" y reiteró su compromiso de crear entre 1,6 y 2 millones de empleos para reducir la tasa de paro hasta el 7 por ciento.

España ha crecido un 3,8 por ciento en 2007 y prevé hacerlo en un 3,1 por ciento en este ejercicio, una vez rebajadas las previsiones iniciales. La tasa de paro, por su parte, se situó en noviembre pasado (último dato disponible) en el 8,2 por ciento.

Con ese crecimiento de la riqueza, el presidente desveló que su siguiente objetivo es superar en renta per cápita a Francia tras haber rebasado a Italia, según los últimos datos de Eurostat correspondientes a 2006.

También se comprometió a mantener el superávit de las cuentas públicas, que el pasado ejercicio equivalió al 1,8 por ciento del Producto Interior Bruto (los ingresos han superado a los gastos en los tres últimos años), a reducir el peso de la deuda pública hasta el 30 por ciento del PIB y a elevar el salario mínimo interprofesional hasta los 800 euros, desde los 600 actuales.

También confió en que "la buena situación de las cuentas públicas más reducciones fiscales" y que el programa del PSOE incluirá "alguna reforma del IRPF".

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