Tribuna Económica

Rogelio Velasco

Los privilegios del País Vasco en España

Durante los próximos días, el Gobierno de Rajoy presentará el proyecto de Presupuestos para el 2017, siendo uno de los objetivos el cumplimiento del déficit acordado con la UE.

El Gobierno del PP va a necesitar el apoyo de diversos partidos en el Parlamento para poder sacarlos adelante. Con 137 escaños, las cuentas que hace el PP son las de contar con el apoyo de diversos partidos minoritarios y la abstención de otros, incluyendo el PNV. Con esos apoyos y abstenciones, sería suficiente para aprobarlos.

La profundización del Estado Autonómico en nuestro país se ha producido en una medida muy relevante por las transferencias de competencias que se han otorgado a las comunidades autónomas cuando el Gobierno central ha carecido de mayoría absoluta. Esto ha ocurrido tanto con el PSOE como con el PP. Ha sido desde Cataluña, a través de la antigua CiU, desde donde se han solicitado más transferencias y recursos. Este proceso se ha extendido a las restantes comunidades.

Aunque de forma más limitada -por estar incorporadas al Estatuto Vasco la mayoría de las competencias- también el País Vasco ha conseguido arrancar más competencias territoriales, hasta conseguir llegar a la situación actual: la práctica desaparición del Estado español en ese territorio.

En particular, el cálculo del cupo contemplado en el concierto económico ha estado siempre envuelto en una espesa niebla, de manera que ha resultado difícil calcular lo que el País Vasco aportaba al conjunto de España por las competencias no asumidas.

Las investigaciones que se han llevado a cabo señalan con claridad que teniendo en cuenta la cuantificación de las cargas no asumidas, el ajuste a consumo del IVA y la exclusión de los territorios forales de los mecanismos de nivelación regional, la financiación por habitante en ese territorio es casi un 60% superior a la media del resto de España.

Como sabemos, las comunidades en España con una financiación per cápita inferior a las que les correspondería -entre otras, Andalucía y Cataluña-, se encuentran en una pelea permanente con el Estado, al que reclaman más recursos. Pues bien, si el País Vasco y Navarra contribuyeran al resto del Estado en correspondencia con su nivel de renta, podría satisfacerse el 90% de los recursos que las restantes Comunidades reclaman.

Esta semana, el consejero de Hacienda del País Vasco se ha reunido con Montoro para acordar el apoyo del PNV al PP para sacar adelante los presupuestos. La primera reclamación es que el Gobierno vasco cobre unos 1.500 millones de euros por unos servicios que ha tenido que prestar, cuando le corresponden al Gobierno central. Es muy improbable que esto sea cierto, cuando el cupo no se revisa desde el año 2007 y, dada la evolución del PIB en el País Vasco y en el resto de España durante ese periodo, el cupo debería ser significativamente mayor.

Este es un asunto de Estado en el que todos los partidos deberían estar alineados, especialmente el PSOE, que tiene como bandera la solidaridad entre las personas y los territorios. De no ser así, un número creciente de españoles desearemos que el País Vasco no siga formando parte de España. Como en el caso de Escocia e Inglaterra, no se puede estar unidos a cualquier coste.

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