Entrevistas

"La gente no tiene ni idea de lo que hacen las tropas en Afganistán"

-¿Qué le ha llevado hasta Afganistán?

-En el año 2000 entrevisté a una defensora afgana de los derechos humanos que me invitó a visitar los campos de refugiados afganos en Pakistán y, desde allí, viajé a Afganistán. Era la época de los talibanes y quedé impactada.

-¿Qué se encontró?

-Un país totalmente arrasado por la guerra, bajo el control de unos descerebrados que tenían a la población sometida a reglas absurdas y a las mujeres totalmente anuladas en la sociedad.

-¿Llegó a usar el burka?

-Sí, para poder visitar las escuelas clandestinas de mujeres y niñas que entonces existían en el país, ya que la educación estaba prohibida para la población femenina.

-¿Y cómo se ve el mundo detrás de una rejilla?

-Se ve poco. Pero si le pregunta a una mujer afgana cuáles son sus problemas, el burka es lo de menos. Hay situaciones más graves.

-Como la propia seguridad.

-Sí. Ahora me pongo burka para realizar desplazamientos por carretera fuera de Kabul. Los extranjeros somos objetivo. El riesgo de secuestro es muy alto.

-¿Son mal recibidos los periodistas allí?

-La población afgana es hospitalaria, pero los extranjeros somos objetivo. En un país tan pobre secuestrar a un internacional puede ser un negocio para lograr dinero.

-¿Ha vivido alguna situación crítica?

-No. Sustos sin importancia.

-Tras caer el régimen de los talibanes. ¿Cuántas veces ha regresado a Afganistán?

-Desde marzo de 2002 todos los años, hasta que en 2007 me establecí en Kabul.

-¿La situación ha mejorado?

-Está mal. Los talibanes tienen cada vez más poder y la Administración afgana es totalmente corrupta e ineficaz. La población no confía ni en el Gobierno ni el Parlamento y no es para menos, vistos los resultados después de siete años. Acabo de volver tras dos meses en España y he encontrado un país, si cabe, más inestable e inseguro.

-Cada vez hay más gente que quiere que las tropas regresen a España.

-Creo que no tienen ni idea de lo que están haciendo las tropas españolas en Afganistán. Comparan erróneamente la situación con Iraq, cuando no tiene nada que ver. Hay dos misiones. Una está liderada por la OTAN y cuenta con su mandato, las denominadas tropas de la ISAF a las que están adscritas las tropas españolas y que tienen como objetivo contribuir a la seguridad y la reconstrucción del país. Otra es la operación Libertad Duradera, que lidera EEUU, y que teóricamente tiene como finalidad atrapar a Ben Laden. Ya llevan siete años y no lo han conseguido.

-¿Obama representa la esperanza en Afganistán?

-Es un cambio, pero habrá que ver resultados. La solución no sólo pasa por una intervención militar.

-¿Son bien recibidos los soldados españoles?

-Sí, aunque la situación se está enrareciendo: España no dispone de suficientes efectivos desplegados para garantizar la seguridad de la zona que tiene asignada, la provincia de Badghis, y la población los culpa del deterioro de la situación. Además, las tropas de EEUU cada vez están protagonizando más bombardeos de civiles y, para la población, todos son aviones extranjeros.

-¿Pero cree que son necesarias las tropas?

-Sí, lo pienso yo y la población afgana. Pero sólo con tropas Afganistán no va a ninguna parte. Los antiguos señores de la guerra, que cometieron todo tipo de atrocidades, ocupan lugares de poder y controlan más de la mitad del Parlamento.

-También hace falta un cambio político.

-Sí, y la población afgana recrimina que sólo se ponga el acento en el envío de tropas.

-¿Qué más necesitan?

-De todo. La gente no tiene comida, falta agua, clínicas, escuelas...

-¿La ayuda no llega?

-No a todos los rincones. Las ONG y organismos internacionales operan básicamente en el norte del país, la zona más segura.

-Aun así, la situación ha cambiado ¿no?

-Sin duda. También la de la mujer. Hay mujeres en ciudades que acceden al mundo laboral, a la educación y la sanidad, que han formado asociaciones y diputadas.

-¿Se vislumbra el camino hacia la igualdad?

-Es un país conservador y patriarcal y la violencia contra la mujer empieza en su familia. Hace falta más educación, seguridad, desarrollo económico y que varias generaciones para que realmente haya un cambio.

-¿Cuál es su aportación?

-Apoyamos a las mujeres más vulnerables: las presas, las adictas al opio y las madres y esposas de muertos en la guerra que, emulando a las madres de la Plaza de Mayo de Argentina, se movilizan para exigir justicia. Ésta es la clave para conseguir una paz estable.

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