Antonio Viruel Arbáizar, Matemático.

"Los niños con talento matemático dicen que son foco de mofas"

"Los niños con talento matemático dicen que son foco de mofas"

"Los niños con talento matemático dicen que son foco de mofas" / JAVIER ALBIÑANA

-¿El talento matemático se tiene o se crea?

-Hay quien tiene esa capacidad, pero también quien con menos capacidad trabaja y lo desarrolla.

-¿Tenemos en España un problema con las matemáticas?

-No. A nivel científico somos muy buenos. Como país estamos en el top 10 en producción científica en matemáticas.

-¡Quién lo diría con los resultados de PISA!

-Parece que en enseñanzas medias la atención a la diversidad se hace a la baja. El profesorado se vuelca con los alumnos con problemas de aprendizaje. El sistema antiguo era al revés. Si eras listo, sobrevivías. Hemos seguido estándares anglosajones de una formación general más básica con la idea de que se especialicen más rápido cuando se gradúen. El problema es si la formación universitaria que damos completa eso o no.

-Parece poco convencido.

-No existe una visión objetiva de esta cuestión. Si quieres formación especializada o inviertes mucho dinero para que sea adecuada a cada grupo y nivel, o atiendes a los más débiles pero no a los más fuertes.

-Y se pierde talento.

-Una cosa lleva a la otra. Si no tienes dinero, tiempo o capacidad mientras dedicas la clase a atender a los alumnos con dificultades de aprendizaje, quien no las tiene se aburre.

-Desde la Real Sociedad de Matemáticas se habló de algo tan espinoso como segregar alumnos por capacidades. ¿Comparte el criterio?

-Se percibe mal porque se considera elitista. Si un niño juega a fútbol nadie piensa que es elitista, pero si se entrena en matemáticas, literatura o pintura, sí. ¿Por qué jugar a baloncesto es normal pero el ballet es elitista? Hay un sesgo que indica que la cultura es elitista pero estar en un club de atletismo que separa a los niños por capacidades, no. También veo que existen muchas sinergias entre los estudiantes de modo que si en un grupo hay dos o tres buenos tiran de todo el grupo. Separar por capacidades es aberrante. Es como separar niños y niñas, y cosas de ese tipo. Yo no soy pedagogo y de los pequeños sólo veo a chicos superlistos. Me imagino que esos chicos que leen literatura seria y hablan como mayores se tienen que sentir como bichos raros en clase. Ellos cuentan que son foco y objetivo de bromas y mofas.

-Eso es duro.

-Bueno, son diferentes y la sociedad no homogeneiza al que parece raro. En parte, la sociedad funciona porque homogeneiza a los individuos y estos niños a veces se sienten raros. Uno de los puntos fuertes de nuestro proyecto en Estalmat es crear grupos y cohesión social para que vean que no son raros, que hay otros iguales.

-¿Cómo seleccionan a los alumnos que entran en Estalmat?

-Llegan con el aval de un profesor. Nosotros les hacemos una prueba y después una entrevista. Se seleccionan a 25 en Andalucía oriental, que reciben clases en la Universidad de Granada, y otros 25 en Andalucía occidental, que acuden a la Universidad de Sevilla.

-¿Qué proceso siguen?

-Tienen 24 clases en el curso académico que intentamos que no interfieran en la vida familiar ni académica. Las clases se hacen en sábado, en dos sesiones de hora y media, reciben contenidos que no tienen nada que ver con lo que ven en el instituto o, incluso, en la carrera si algún día llegan a estudiar Matemáticas.

-¿Qué les enseñan?

-Yo, por ejemplo, les hablo de cómo funciona un GPS, cómo se lee un mapa, de teoría de grafos de redes de conexiones, probabilidad... Todo aderezado con historia y algo de literatura.

-¿Buscan talento?

-El fundador del proyecto, Miguel de Guzmán, decía que ofrecerle a estos jóvenes algo más allá de la educación estándar es una forma de revertir a la sociedad lo que la sociedad hace por nosotros porque los que hacemos matemáticas puras no salvamos vidas ni enviamos cohetes al espacio. Somos como los pintores, que crean belleza pero tampoco hacen nada que revierta específicamente en la sociedad.

-De pronto las matemáticas, con su pleno empleo, parecen haber captado la atención de los jóvenes y han subido las notas de acceso a la universidad para esta carrera.

-Tuvimos una temporada baja coincidiendo con el tope de desarrollo económico. Creo que cuando hay dinero la familia y la sociedad presiona a los estudiantes brillantes para que estudien, por ejemplo, ingenierías porque tienen más prestigio social y dan más dinero. Ahora, con las vacas flacas, las ingenierías ya no se ven tanto como una garantía, de modo que si haces Matemáticas y encima vas a tener trabajo...

-Parece también que ahora un matemático sirve para muchas cosas.

-Hace 30 años te dedicabas a la enseñanza, la investigación o la banca. Ahora muchos trabajan en informática, que apareció como una escisión de las matemáticas, y en consultoría. La Real Sociedad de Matemáticas ha hecho informes donde se ve que hay pleno empleo y un abanico de posibilidades muy amplio.

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