Macarena Gil, práctica del puerto de Algecíras

"No es que me sienta una pionera, es que lo soy"

"No es que me  sienta una pionera, es que lo soy"

"No es que me sienta una pionera, es que lo soy"

-Describa, por favor, su trabajo a quienes tenemos que tomar Biodramina cuando nos subimos a un barco.

-Nuestra profesión consiste en asesorar a los capitanes de los barcos en la maniobra más conveniente y más segura hasta dejarlos en su punto de atraque. Somos el primer filtro de seguridad desde que cogemos el barco, porque estamos encargados de la seguridad del puerto, de las personas que van a bordo y de la seguridad del medio ambiente.

La mayoría de las compañías no se atreven a dejar el mando de sus buques en manos de una mujer"

-Teniendo que asumir la responsabilidad de megabuques cada día, pocas cosas deben de estresarla ¿no?

-No se crea, hay muchas cosas que me estresan, pero quizás lo que más me estrese de todo es el desorden, a todos los niveles imaginables; me estresa muchísimo.

-¿Cómo y cuándo decidió dedicarse a esto?

-Pues decidí dedicarme a esto porque soy una apasionada del mar. El mar me encanta, me relaja muchísimo y, una vez que estaba dentro, un día conocí a los prácticos del puerto de Algeciras y decidí que yo quería ser práctico.

-¿Qué explica que sea usted la única mujer de España que ejerce su profesión?

-Pues lo explica porque la mayoría de las compañías no se atreven a dejar el mando de sus buques en manos de una mujer.

-Hasta tuvieron que realizar una consulta a la Real Academia Española ¿no?

-Sí, cuando entré en la corporación, el colegio tuvo que ponerse en contacto con la Real Academia para ver cómo se decía en femenino nuestra profesión. Como nunca había habido ninguna no teníamos ni idea. Entonces la Real Academia nos comunicó que se decía práctica de puerto.

-¿Se considera una pionera?

-No es que me sienta una pionera, es que afortunadamente soy una pionera y, si eso significa que muchas más mujeres se van a animar a entrar, me da mucha alegría.

-¿Ser mujer le ha supuesto trabas añadidas a su carrera que no hubiera encontrado en caso de ser hombre?

-Por supuesto. Las mujeres en los barcos tenemos que hacernos respetar para que nuestro trabajo se valore, cosa que un hombre no tiene que hacer.

-¿Los capitanes que se ponen en sus manos para atracar se sorprenden aún?

-Claro que se sorprenden, hay de todo. Los capitanes se sorprenden porque no están acostumbrados a ver una mujer práctica, pero la verdad es que la mayoría se sorprenden gratamente.

-¿Ha tenido alguna experiencia desagradable? ¿Se ha topado con el machismo?

-La verdad es que como práctica no he tenido ninguna experiencia desagradable ni me he topado con el machismo. Hay que tener en cuenta que ellos nos ven como una autoridad; entonces no se permiten el lujo de faltarme al respeto ni otras cosas raras.

-¿Cómo lleva haberse convertido en un icono de la igualdad?

-Estoy muy contenta. El haber roto barreras, el que otras mujeres puedan optar a esta profesión y que vean que se puede conseguir me llena de orgullo.

-¿Cree que todavía hoy, en su profesión y en tantas otras, las mujeres tienen que demostrar más cosas que los hombres?

-En mi profesión, como capitán en la Marina Mercante, por supuesto que seguimos demostrando el doble para que nuestro trabajo cuente igual, pero hoy por hoy, como práctica de puerto no tengo que demostrar nada a nadie. Mi trayectoria profesional habla por sí sola, y no tengo que demostrar a nadie que soy tan capitán como cualquiera que navega por el mundo.

-¿Lleva la cuenta de los reconocimientos que ha recibido?

-La verdad es que no. Los guardo todos con mucho cariño y de todos me siento muy orgullosa.

-Usted en vacaciones, ¿se va de crucero?

-Jamás me ido de crucero, pero sí haría uno por los fiordos, que es un lugar por donde nunca he estado navegando y que siempre me atrajo profesionalmente.

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