"España no puede estar al margen de un país [Malí] que será esencial en las relaciones internacionales a medio plazo". Con esta filosofía comenzaba ayer el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, su gira por el África subsahariana, un viaje que ya le ha llevado a Malí y que desde hoy y hasta el miércoles le hará visitar Guinea Bissau, República Democrática del Congo y Etiopía. Estas escalas no son casuales. Se trata de cuatro de los diez países más pobres del mundo y, con su presencia, Moratinos pretende dejar patente "la firme apuesta" del Gobierno por un continente en el que se ha multiplicado por tres la aportación económica respecto a la anterior legislatura. Según datos del Ministerio, en el periodo 2000-2003 África recibió 1.395 millones de euros de ayuda oficial al desarrollo procedente de España y entre los años 2004 y 2007 esa aportación ha sido de 3.902 millones.

Fue hace dos años cuando el Ejecutivo de Zapatero situó al continente africano como una prioridad. No obstante, cuando se pisa el terreno la primera impresión es que queda mucho por hacer. Cuando se profundiza más se comprende que toda ayuda es poca en países como Malí, donde el suelo medio es de unos 60 euros y donde la mayor aspiración de la población, sobre todo masculina, es emigrar. Basta con recorrer cualquiera de sus calles para entender esa desesperanza en una zona que se ha convertido en el segundo emisor de inmigrantes a España desde el África subsahariana después de Senegal.

Moratinos hizo hincapié en el compromiso español y destacó que se trata de mirar a este punto del planeta "con otros ojos". Ya no basta con abonar en el terreno de la sanidad, la educación o la construcción, sino que apremia estrechar una relación que tenga reflejo en la lucha contra el terrorismo y la inmigración clandestina y en el ámbito de la solidaridad. En este segundo escenario se enmarca la Comisión mixta hispano-malí de Cooperación para el Desarrollo, una iniciativa que ayer firmó el titular de Exteriores con su homólogo en el país africano y que compromete una inversión española de 30 millones de euros en tres años.