Finanzas

El pistacho ecológico toma impulso

  • La superficie de este cultivo está creciendo en Almería, pasando de 10 a 20 hectáreas en solo dos años

  • Los buenos precios en el mercado por la baja oferta lo convierten en una apuesta segura

Miguel Ángel Ortiz cuenta con cuatro hectáreas de pistacho en el paraje albojense de El Saliente Alto, y que cultivó allá por mayo de 2015.

Miguel Ángel Ortiz cuenta con cuatro hectáreas de pistacho en el paraje albojense de El Saliente Alto, y que cultivó allá por mayo de 2015. / rafael gonzález

El pistacho ecológico se ha convertido en una nueva alternativa pujante para el campo almeriense. Así lo dicen los datos, pues de 5 operadores que había en 2014 dedicados a este cultivo, hoy la cifra asciende a 11, el doble. Algo que en extensión se traduce en las 10,22 hectáreas de hace ahora casi tres años, a las 20,07 actuales, y creciendo.

En Andalucía, la superficie casi se ha cuadruplicado en los últimos dos años, incrementándose desde las 116 hectáreas de 2014 a más de 430 hectáreas en 2016 según los datos provisionales de que dispone la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Por tanto, este crecimiento en el cultivo en tan poco tiempo es producto de la alta rentabilidad que presenta este cultivo para sus productores ecológicos, que apuestan por la diversificación en sus explotaciones, ya que su precio de mercado es bastante elevado debido a la baja oferta de producción andaluza.

Por provincias, destaca especialmente Granada, que con más de 130 hectáreas en 2016, concentra el 30% del total de la superficie de pistacho ecológico de la región. Sevilla suma 90 hectáreas (21%); Córdoba, 88 hectáreas (20,4%); Jaén, 85 hectáreas (casi 20%); Almería, 20 hectáreas (4,6%); Málaga, ocho hectáreas (1,8%); y Huelva, 7,6 hectáreas (1,7%). El pistacho se encuentra, junto al aloe vera, la stevia y la lima, entre los cultivos ecológicos emergentes actualmente en Andalucía, y a ellos se suman otros productos que aún no tienen gran representatividad en el campo andaluz, pero cuyo futuro parece prometedor. Entre estos últimos alimentos se encuentran la quinoa, el kumquat y las trufas ecológicas. En Almería se podría unir a ellos la papaya, donde las pruebas entre agricultores están cada vez más extendidas. Si bien se trata de cultivos con grandes diferencias, todos tienen en común el hecho de ser actividades económicas con una estrecha vinculación con el territorio donde se desarrollan y que aprovechan los recursos de la zona donde se ubican.

En definitiva, todos ellos son sectores emergentes con un futuro empresarial con buenas perspectivas que puede llevar aparejada la generación de empleo en su zona de influencia, ya que la producción ecológica precisa de mayor mano de obra que las técnicas convencionales.

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