La agricultura ecológica no es una moda, una tendencia pasajera del consumidor. Es un modelo productivo sólido, cuya filosofía se basa en una producción respetuosa con el medio ambiente y sin residuos, características que el usuario valora y por lo que está dispuesto a pagar más que por el producto convencional.

La regulación de este sector es competencia de la Unión Europea (UE), que en 2014 inició un proceso de revisión de la normativa en vigor. El procedimiento continúa en la actualidad y, precisamente ayer, Bruselas acogía una reunión de los ministros de Agricultura de los países miembros de la UE para votar a favor o en contra del borrador del nuevo Reglamento de Producción Ecológica y el Etiquetado de los Productos Ecológicos.

El texto ha puesto en pie de guerra al sector de agricultura ecológica. Ocho entidades nacionales que aglutinan a prácticamente el 80% del sector ecológico español han firmado conjuntamente un comunicado, dirigido a la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, exponiendo su desacuerdo con el borrador, y solicitándole que vote en contra del acuerdo a este documento en el Comité Especial de Agricultura, para que se siga así trabajando en las deficiencias que, a su juicio, presenta.

Las entidades firmantes del comunicado son Ecovalia, SEAE, CCPAE, Ampoas, Femeca/Coato, Silae, CAECV y Servicio de Certificación CAAE. Entre las principales "deficiencias" que observan destacan que el nuevo Reglamento permite que los estados miembros de cada país pongan sus propias normas en cuanto a la presencia de residuos en los alimentos ecológicos, lo que podría propiciar "agravios comparativos", señalan. Las entidades firmantes del comunicado piden que en todos los países europeos se apliquen las mismas normas con respecto a las cantidades de residuos presentes en los productos biológicos. Otro punto conflictivo del Reglamento es que no exige la certificación a pequeños productores que se adhieren a la venta directa, lo que podría derivar en una pérdida clara de trazabilidad y, por tanto, se podría ver afectada la credibilidad y garantía que ofrece el sistema de control oficial.

El comunicado esgrime que en el listado de sustancias autorizadas que recoge el borrador no se incluyen algunas naturales que, de forma recurrente, se usan en agricultura ecológica, sino que "la nueva propuesta de acuerdo dirige la lucha contra plagas y enfermedades hacia el uso únicamente de pesticidas comercializables, reduciendo las herramientas de las que disponen los productores para un adecuado control fitosanitario". Según el sector, España, como país meramente productor, se vería muy afectado por esta restricción.