Responden nuestros vientos para dejar claro su presencia ante tantas ventoleras y tamborradas sin sentido. Malos tiempos cuando la vida y la muerte de millones de personas están en manos de personajes de los que no valoramos su equilibrio a la hora de elegirlos o aclamarlos. Da pánico ver al amado líder presidir un desfile al ritmo del paso de la oca y mostrando al mundo sus poderes en forma de misiles asesinos. Es un sinsentido considerar, alguno lo hace, defensa antiimperialista lo que es fascismo macabro de opereta.

Desde Rota se despliegan armas contra las personas por intereses económicos y geopolíticos. Nuestras vidas y seguridad en manos que juegan a la guerra mientras montan su negociete en la Casa Blanca, legalizan el maltrato a las mujeres o persiguen homosexuales y periodistas en el Kremlin. Tanto alarde debe preocuparnos, se ensayan bombas, el amigo americano lanzaba la bomba más potente no nuclear sobre Afganistán, a la gente de buena voluntad nos resuenan otros ensayos que tanto dolor provocaron en estas tierras y en Europa, Gernica o la carretera de Málaga a Almería ahora son niños achicharrados en Siria, liberticidios en Alepo o Estocolmo, ahogados en el Mediterráneo.

Hemos celebrado una semana con olores, colores y sonidos que nos pertenecen. Nos visitaron Ministros y Ministras, y nuestra hospitalidad se respondió ocupando de forma prepotente espacios institucionales. En vez de buscar la foto del palco y el desfile, con connivencias locales, esperábamos que abordaran con las autoridades democráticas los problemas cuya solución depende del Estado. Ahora viene la Feria y lo mismo a cambio de convertir nuestra fiesta en escaparate político hay que facturar los costes municipales, palcos, alumbrados y policía municipal incluidos, al Sr. Montoro y compensar parte de nuestra paralizante deuda. Solo la democracia podrá con los tambores del miedo.

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